Ecológica y resiliente, la nueva propuesta para renovar Notre Dame

Entre ellas, la respuesta del arquitecto parisino Vincent Callebaut, inspirado en el biomimetismo, busca unir ciencia, arte y espiritualidad, a través de “una relación simbiótica más justa entre los seres humanos y la naturaleza, símbolo de un futuro ecológico y resiliente”, afirma.

Bajo el título palingenesis, nombre derivado de la palabra griega que significa renacimiento, el diseño de Callebaut pretende unir la nave, el tejado y la nueva aguja de la catedral.

Construido con vigas de madera laminada con listones de fibra de carbono, el nuevo armazón de roble busca utilizar la mínima cantidad de material para asegurar una huella baja en carbono y al mismo tiempo ofrecer la mayor transparencia.

“Transparencia, compartir y apertura al desarrollo de nuestra sociedad: estas son las ideas que transmite este nuevo y diáfano bosque de Notre Dame, que esboza la nueva cara de la iglesia en el siglo XXI”, explica el parisino.

La cubierta gótica de cristal tridimensional produce toda la electricidad, el calor y la ventilación pasiva que la catedral podría necesitar mediante el uso de energías renovables avanzadas.

El nuevo bastidor de madera está cubierto por un dosel de cristal tridimensional subdividido en formas de diamante, que consiste en una capa activa orgánica, misma que absorbe la luz y la transforma en energía, la cual, almacenada en pilas de combustible de hidrógeno, se redistribuirá directamente por toda la catedral.

La cubierta que conforma la aguja, en el ático, también proporcionará un espacio de amortiguación térmica. Esta acumulará aire caliente en invierno, optimizando la aislación térmica de la catedral, y brindará aire fresco a través de la evapotranspiración de las plantas albergadas, propiciando la ventilación en verano . Así, la catedral se convertiría en una estructura ejemplar de ingeniería ecológica y la Iglesia en una verdadera pionera en la resiliencia ambiental.

El proyecto cuenta además con un jardín cultivado por voluntarios y asociaciones caritativas para ayudar a los parisinos más necesitados y desamparados.

Callebaut estima que cada año se podrían cosechar y redistribuir directamente y de forma gratuita hasta 21 toneladas de frutas y verduras, con un mercado semanal de agricultores en el patio de la catedral.

“Abogamos por un proyecto ejemplar de ingeniería ecológica que se sienta fiel a su tiempo y evite una arquitectura que convierta la ciudad en un museo al aire libre", destacó el arquitecto francés.