La economía de Estados Unidos registró una contracción de 0.5 % en el primer trimestre de 2025, según datos revisados del Producto Interno Bruto (PIB) publicados este miércoles. Esta caída, mayor al 0.2 % estimado inicialmente, representa la primera disminución en tres años y refleja señales de debilitamiento en el consumo interno y en la balanza comercial.
El principal factor detrás de esta revisión fue el gasto personal, que mostró un crecimiento de apenas 0.5 %, por debajo del 1.2 % previamente reportado. A esto se sumó un incremento inesperado en las importaciones, que aumentaron 38 % como respuesta anticipada a nuevas medidas arancelarias impulsadas por el gobierno estadounidense. Este desequilibrio comercial restó más de cuatro puntos porcentuales al crecimiento del PIB.
A pesar de la caída en el consumo, el Ingreso Interno Bruto (GDI), un indicador complementario que mide los ingresos generados en la economía, mostró un modesto crecimiento de 0.2 %, lo que sugiere una economía aún en movimiento, aunque bajo presión.
Los analistas prevén que el segundo trimestre podría reflejar una recuperación, con proyecciones de hasta 3.4 % en el crecimiento económico, impulsado por la normalización del comercio y el reabastecimiento de inventarios. No obstante, advierten que las cifras actuales todavía están distorsionadas por las tensiones comerciales, la incertidumbre global y la baja confianza de los consumidores.
El índice de confianza del consumidor cayó en junio a 93 puntos, señalando una creciente preocupación entre los hogares por la inflación, el desempleo y el rumbo económico del país. Aunque el mercado laboral sigue mostrando solidez, los indicadores mixtos despiertan preocupación sobre la posibilidad de una recesión técnica en los próximos trimestres.