El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este miércoles durante la cumbre de la OTAN en La Haya que los recientes ataques a instalaciones nucleares en Irán fueron “devastadores”, comparándolos con los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki. Según Trump, ambas acciones “pusieron fin a una guerra”.
A pesar de informes filtrados de inteligencia que indican que los ataques apenas retrasarían por unos meses el programa nuclear iraní, el mandatario sostuvo que las instalaciones fueron “completamente destruidas” y que la ofensiva “detuvo el conflicto”.
Trump afirmó que no pretendía “usar el ejemplo de Hiroshima o Nagasaki”, aunque defendió la operación con el argumento de que tuvo “la misma finalidad: terminar una guerra”. También acusó a medios de comunicación de tergiversar la información y minimizar el impacto de los ataques.
Funcionarios de su administración, como el secretario de Defensa Pete Hegseth y el senador Marco Rubio, respaldaron públicamente sus declaraciones. Por su parte, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advirtió que Irán aún cuenta con la capacidad de reconstruir sus instalaciones.
Estas declaraciones se dan en el marco de un tenso cese al fuego entre Irán e Israel, tras la operación militar estadounidense “Midnight Hammer”, que alcanzó los sitios de Fordow, Natanz e Isfahán. El incidente ha provocado reacciones en la OTAN respecto a la proporcionalidad de la respuesta, los riesgos de una escalada mayor y la necesidad de una supervisión internacional más estricta.