Debo empezar la presente columna con una felicitación a la nueva Ministra Presidenta Norma Lucía Piña Hernández, quien se ha convertido en la primera mujer en ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como del Consejo de la Judicatura Federal. Con la experiencia y carrera judicial que la preceden, no hay duda de que lo hará estupendamente.
Esa designación es una de tantas que se tienen que ir dando poco a poco, pues ninguna mujer ha sido designada como presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados o del Senado; así como nunca se ha votado porque una mujer ocupe la presidencia del Poder Ejecutivo Federal. Tenemos que ir viendo qué pasa rumbo al 2024.
Y es que todo ello, ayuda a México en el cumplimiento de una obligación de carácter internacional, como lo son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (junto con 169 metas de aplicación universal) aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2015 dentro de la Agenda 2030, , entre los que encontramos el 5° que tiene que ver con la Igualdad de Género, es decir el empoderamiento de todas las mujeres, adolescentes y niñas.
Dicho objetivo también pretende eliminar todo tipo de formas de discriminación contra el género femenino, así como la violencia en el ámbito público y privado, incluidas la trata, la explotación sexual y otros tipos de explotación. También busca erradicar las nocivas prácticas de ofrecer a las niñas o menores de edad para el matrimonio o la mutilación genital femenina. Además busca reconocer y valorar el trabajo doméstico no remunerado.
Este 5° objetivo de la Agenda 2030, propone además que toda mujer en el mundo acceda a los servicios de salud sexual y reproductiva; así como la igualdad para las féminas en cuanto a su derecho a los recursos económicos, así como acceso a la propiedad, control de la tierra y otros tipos de bienes, servicios financieros, herencias y recursos naturales. Todo ello con la ayuda de las tecnologías de la información y las comunicaciones, así como aprobar y fortalecer políticas y leyes en materia de igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas.
En México, se han dado importantes pasos en materia de igualdad genérica, como lograr que la mitad de los escaños y curules sean para mujeres y la integración paritaria de los gabinetes de los poderes ejecutivos (federal o locales), empero aún falta mucho por hacer. Por lo que desde este espacio, seguiré proponiendo la adopción de políticas públicas y una adecuada legislación que hagan efectiva la igualdad y paridad de género, así como la adopción de una nueva masculinidad que permita erradicar todo tipo de violencia y discriminación en contra de las mujeres. ¡Vamos!