Bajo la dirección y producción de Franz Eichelmann Kaiser, El Casco de Carlos es un cortometraje documental que se adentra en el complejo entramado de la memoria, el duelo y la identidad. El eje central de esta obra es un casco de la Guerra de Corea, heredado por el padre del director, que sirve como detonante de una búsqueda personal y colectiva.
El casco, con sus marcas de uso y el peso de su historia, se convierte en un testigo silencioso de dos vidas: la de un soldado americano, cuyo destino Eichelmann intenta rastrear, y la de su propio padre, cuya ausencia marca la narrativa. A través de diversos objetos, material de archivo y una fotografía de Roberto Chávez que equilibra la crudeza y la poesía, el documental explora cómo un objeto aparentemente ordinario puede guardar ecos de conflictos bélicos, legados familiares y heridas emocionales.
El cine documental es una apuesta difícil, y Franz Eichelmann lo sabe. “No es fácil hacer cine documental. No se tienen los presupuestos que tiene el cine de ficción, y mucho menos la misma distribución. El que hace cine documental es porque le gusta hacerlo, porque algo le quema por dentro que sabe que debe ser contado o denunciado”.
Más allá de ser un homenaje a su padre, El Casco de Carlos se pregunta qué queda de las personas y sus historias cuando los objetos que las representaban sobreviven. En su intento por descubrir al soldado que originalmente usó el casco, el director plantea una reflexión sobre la conexión humana y los hilos invisibles que unen vidas distantes.
El Casco de Carlos ha empezado su ronda de festivales de cine y ha formado parte de la selección oficial en FICLAPAZ y FIC Xilitla. Este corto ha resonado profundamente por su capacidad de conectar lo íntimo con lo histórico, mostrando que incluso los objetos más desgastados tienen el poder de contar historias que trascienden generaciones.