Moisés Vergara
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata en el mundo a más de 8 millones de personas cada año. Más de 7 millones de esas muertes se deben al consumo directo y aproximadamente 1.2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores.
Asimismo, ha establecido que el tabaquismo al deteriorar la función pulmonar dificulta que el cuerpo luche contra las enfermedades, entre ellas el Covid-19 que como todos sabemos, es un padecimiento infeccioso que ataca principalmente los pulmones.
En México, de conformidad con datos de la Organización Panamericana de la Salud, en menos de dos décadas, el número de fumadores se incrementó de 9 a 13 millones de personas y las enfermedades asociadas al tabaquismo matan a más de 53 mil personas cada año, es decir, 147 cada día.
Por su parte, la Ley General para el control del tabaco, prevé que todo lugar de trabajo interior, incluidas las oficinas públicas, debe ser considerado como espacio 100% libre de humo, en los cuales está prohibido fumar, consumir o tener encendido cualquier producto de tabaco y que cualquier persona puede denunciar ante la Secretaría de Salud a las instituciones que toleren el incumplimiento de la ley.
Lo anterior quiere decir que, en tiempos de pandemia, la protección de los no fumadores debería ser un tema prioritario para todas las autoridades; sin embargo, en el Instituto Nacional Electoral no es así, pues con la complicidad de sus autoridades, se tolera impunemente el consumo de tabaco al interior de sus oficinas, principalmente en las de los partidos políticos e incluso, en las de los asesores de consejeros y en algunas direcciones y unidades.
Sin duda, fumar forma parte de las libertades personales de los individuos y cada uno tiene derecho a decidir como afecta o beneficia a su cuerpo; pero cuando dichas libertades trastocan los derechos o la salud de terceros, se hace necesario que la autoridad tome decisiones para su salvaguarda.
En ese sentido, sería deseable que el licenciado Edmundo Jacobo Molina, Secretario Ejecutivo del INE, tomara cartas en el asunto e implementara las acciones conducentes para prohibir tajantemente el consumo de tabaco en el interior de todas las oficinas públicas de esa autoridad electoral y se haga respetar la ley.
Como abogado de una organización social de protección a los no fumadores, ejerceremos las acciones que la ley pone a nuestro alcance para denunciar este tipo de actos y seguir luchando por erradicar el vicio más tonto del mundo, en el cual, la gente se mata poco a poco de manera voluntaria; ya les comentaré en otra entrega como acaba este asunto.
Plancha de quite: “La verdadera cara del tabaco es la enfermedad, la muerte y el horror, no el glamour y sofisticación que la industria del tabaco intenta retratar.” David Byrne.