Columnas
La semana pasada un cúmulo de analistas y "expertos", varios de ellos encumbrados en diarios "especializados" (uno de ellos incluso con el prestigio dañado pero no lo sabe porque sus cercanos no lo dejan escuchar, desde aquella ocasión hace ya varios ayeres cuando se atrevió a escribir las razones de por qué si podía ganar José Antonio Meade la presidencia de la república, cuando las encuestas de aquél histórico 2018 ubicaban al pobre Meade a 20 puntos de quien finalmente ganó con esa misma contundencia que decían las encuestas), gritaban a los 4 vientos que si Trump ganaba se iniciaba un cataclismo para la economía mexicana.
Un peso en 21.10 por dólar para empezar, y después hacia las 22 unidades, para con el paso del tiempo poner a prueba el máximo histórico vigente de 25.13 unidades en el mercado interbancario, el desastre total.
Otro "experto" analista y comentócrata de la economía mexicana, se cansó de señalar la "estrepitosa" caída del peso en los primeros minutos de conocerse también los primeros resultados de la elección.
Es cierto, el peso se depreció relativamente fuerte, pero de ahí a una caída "estrepitosa" hay un abismo de diferencia, estrepitosa fue la debacle del peso en el inicio de la pandemia, y claro en otras épocas.
Solo unas horas después, para sorpresa de todos los que auguraban el fin del mundo con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, el peso empezó a apreciarse. ¿Por qué?
Bueno, quizás el "demonio" no existe o puede convertirse en un "ángel"; es cierto, ya conocemos a Trump, no será una relación fácil, a menos que se sea genuflexo como lo fue quien hábilmente le vendió a los suyos que cuando fue presidente "defendió" a México de los embates del "demonio", aunque en realidad le concedió todo lo que quiso.
Pero, en realidad a México no le fue tan mal en la primera presidencia de Trump, ¿por qué habría de irle mal ahora?.Tres puntos para demostrarlo.
1) El T-MEC es un negocio extraordinario para nuestro país; el intercambio comercial con la mayor potencia del mundo es de casi 800 mil millones de dólares, ningún otro país tiene un comercio de tal magnitud. ¿Trump intentará modificar esto?, quizás, pero no tanto, no podrá hacerlo en la magnitud que desea, la integración de ambas economías es de tal magnitud que sería imposible.
2) México necesita ser un país más seguro; si lo llega a ser, con el papel que tiene ahora como el mayor socio comercial de la primera potencia global, la economía crecerá, a menos que el propio gobierno mexicano quiera lo contrario. Entonces las amenazas de Trump para cerrar las fronteras son en realidad una oportunidad para la economía y la seguridad nacional.
3) Aranceles: Sí, Trump los utilizará como herramienta de negociación y de presión, pero no solo contra México sino contra quien pueda. Volvemos al punto, si
México se adapta, le puede ir bien.
Por esto y varias cosas más, el peso no obedeció a quienes auguraban el mayor de los terremotos cambiarios de la historia de nuestro país, ni los obedecerá.
A menos que tengan otros datos y salgan con que nos van a decir en una maravillosa columna las razones o el porqué el peso debería depreciarse o devaluarse ad infinitum, como nos dijeron las causas de por qué José Antonio Meade iba a ganar la presidencia de México.