El mundo bajo la etiqueta Covid, es ya de alianzas
A medida de que se difunden optimistas señales e información sobre la vacuna contra el Covid-19, que dicen ya está en manos del segundo nivel de pruebas y puede estar lista en septiembre próximo, también tenemos más claro que nuestra nueva realidad será de alianzas, la navegación en solitario está previsiblemente ligada al naufragio.
Así lo demostrarán, los cada vez más recurrentes, anuncios de alianzas y acuerdos para sacar adelante desde una empresa hasta un sector económico; desde una fuente de empleo hasta una industria sumergida en una complicada agonía.
Es el caso de la industria de la construcción, cuya suma de meses de debacle, en crisis, en la más profunda afectación para cientos de trabajadores y sus hogares, toda iniciativa que sume a su rescate y además lleve de la mano no a un solo sujeto sino varios prende la luz que ya amenazaba con consumirse.
Ayer el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Gobierno de la Ciudad de México firmaron un convenio para establecer bases de colaboración y coordinación que reactiven a la industria de la construcción e impulsen el Programa Especial de Regeneración Urbana y Vivienda Incluyente, en alianza también con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi). Todos con un mismo fin.
De qué se trata, nada menos de lo que todos pedimos a gritos, simplificar trámites y procesos que permitirán que los desarrollos habitacionales, sobre todo los de vivienda incluyente que sean certificados por el Gobierno capitalino, puedan ser adquiridos por las y los trabajadores a través de créditos del Infonavit.
El todo en uno siempre agiliza cualquier acción. En este caso el desarrollo habitacional en la capital del país. Y que además puede permear a otros quehaceres; más obra, más trabajo, más pedidos para los vidrieros, los dedicados al aluminio y acabados, y los expertos en acero para casas habitación.
Y como los sueños son hacia el infinito y más allá. No se limitan, dicen que la meta es garantizar a las y los trabajadores de menores ingresos el derecho a una vivienda adecuada, con una ubicación más cercana a los centros de trabajo y a servicios públicos, en aras de mejorar la calidad de vida de las familias y promover nuevos modelos de producción de vivienda social, bajo el concepto de vivienda incluyente.
Si esto funciona, y se aplica ya, el futuro de los trabajadores es
adquirir inmuebles habitacionales, que contarán con ecotecnologías y cisternas de almacenamiento de agua potable y pluvial tratada, a través del Crédito Tradicional Infonavit.
Pero uno a la vez. Lo primero es dar el primer paso, exigir y acudir para que se establezca una simplificación de trámites y procesos y el otorgamiento de descuentos en el pago de derechos y/o impuestos estatales que permitan cumplir con el objetivo de regularización de escrituras públicas.
Los firmantes se comprometen a establecer un mecanismo de coordinación que facilite el acceso de acreditados registrados en el Régimen Especial de Amortización (REA) — es decir aquellos que perdieron su empleo y pagan por su cuenta su crédito — a programas de fomento al empleo y/o bolsas de trabajo de la Ciudad de México.