Por Onel Ortíz Fragoso
@onelortiz
Las compañías de seguros y los hospitales privados son falsos amigos. Las aseguradoras, particularmente en lo referente a gastos médicos mayores, realizan publicidad engañosa. Sus agentes se acercan con el discurso de querer ayudarte. Prometen y prometen, pero cuando se presenta una emergencia ponen obstáculos, se retrasan en las devoluciones o simplemente no cumplen.
Conozco personas que por más de veinte años pagaron su seguro de gastos médicos mayores, que suman varios millones de pesos, sin haberlo ocupado en una sola ocasión y sin ningún beneficio. Cada año su agente les dijo: “que bueno que no lo necesitó.”
Las aseguradoras tienen actuarios y matemáticos que diseñan esquemas que les garantizan grandes ganancias. El negocio está en asegurar personas sanas, porque la posibilidad de que éstas ocupen su seguro es realmente mínima y las ganancias máximas.
La pandemia de Covid-19 demostró el fracaso de la salud privada, particularmente las limitantes de los seguros y hospitales. Hace bien la autoridad en vigilar el funcionamiento de aseguradoras y hospitales particulares. Hace una semana en la mañanera, Ricardo Sheffield presentó un informe al respecto. Dijo que de acuerdo a la Condusef, las quejas por gastos médicos mayores aumentaron. Sólo una causa representó 53% del total de los asuntos: la negativa en el pago de la indemnización, la cual mostró una tendencia creciente a partir del mes de junio de 2020.
Expuso que en los últimos tres años, las compañías aseguradoras detectaron encarecimiento en los costos de hospitales y proveedores de servicios hospitalarios de entre 15% y 20%, frente a una inflación en esos mismos años de entre 2.83% y 5.59%. Algunos hospitales piden un depósito sin informar al asegurado, o por montos superiores al deducible.
La Profeco recomienda que antes de contratar atención medica por cobro directo: verificar que el proveedor ponga a disposición el catálogo o lista de precios o tarifas de atención médica. En caso de ser solicitado un anticipo, el proveedor debe informar el monto exacto, así como el mecanismo para su reintegro o bonificación. El proveedor debe informar los precios de los medicamentos e insumos que habrán de suministrarse. El contrato de adhesión, en caso de que se utilice, debe estar registrado ante Profeco. El proveedor debe informar el procedimiento para presentar sugerencias, reclamaciones o quejas ; así como, lugar, días y horarios de atención.
La Profeco está haciendo su chamba. Bien harían la Cámara de Diputados y el Senado de la República en poner más atención a este tema que afecta el bolsillo y la salud de un sector importante de la sociedad; regular cuotas y poner límite a los abusos. Los legisladores deben estar del lado de la gente.
La política es de bronce.