Los banqueros han reconocido en diferentes foros que un gran reto es atender a la población en la informalidad. No es algo nuevo, pero al menos manifiestan tener ese pendiente…
Pero un trabajo que es deseable tener ahora con esta administración y de parte de la Sedatu en colaboración con INEGI es justamente la identificación y conteo de la población en la informalidad en el empleo (sin prestaciones sociales) y sin casa. Además, reconocer a los mexicanos sin opción de obtener crédito y que encima de todo a los que apenas les alcanza acaso para rentar un cuarto en zonas alejadas y sin gran infraestructura de servicios públicos para tener calidad de vida.
Para precisar una fuente interesante en el Programa Sectorial de Vivienda 2001-2006 en la administración de Vicente Fox se generó un trabajo que refleja verdades que seguramente que han empeorado y que también han crecido en número de población en pobreza y con necesidades de tener una casa.
Por ejemplo, indica en ese entonces que la población en donde se detectó mayor necesidad de es justamente, tanto en la que trabaja oi bien en la que está en sus hogares, pero con ingresos menores o de hasta 5 salarios mínimos.
“…pues este grupo difícilmente puede contratar un crédito hipotecario sin apoyo gubernamental”, apunta el Programa que retoma trabajo colaborativo con INEGI.
También precisa que para esta población y aún de menores ingresos sí se necesita un subsidio gubernamental. (Que en esa época se dió a partir del 2007 y se mantuvo hasta 20018, cuando la actual administración consideró que éste no era necesario y que era, incluso, usado erróneamente por los empresarios)
Agrega que en especial requiere atención la población ocupada (17 millones 200 mil personas o el 51 por ciento de los mexicanos) “que gana, hasta 2 salarios mínimos, la cual requiere del subsidio gubernamental para que, sumando su ahorro para el enganche, estas personas puedan adquirir una vivienda.
“Si se aplica la distribución de ingresos por hogares, las necesidades de estos mismos segmentos se atenúan ya que un 25.3 por ciento de los hogares recibe menos de 2 salarios mínimos, un 40.9 por ciento menos de 3 salarios mínimos y un 63.3 por ciento menos de 5 salarios mínimos”, precisa el Programa 2001.
En esa época dividió el tipo de vivienda según ingresos de la población de hasta 15 salarios mínimos en 5 categorías de tipo de vivienda: básica, social, económica, media, media alta y residencial . Resultado: un predominio de necesidad de vivienda básica.
POR CIERTO
La preocupación por el incremento de la inflación ahora deriva a la preocupación por el incremento de las tasas de interés. El incremento de los precios se vive en todo, en los alimentos y en todo lo que compramos; pero ahora veremos también qué pasa con los créditos que se encarecerán, como era ya la previsión desde hace un par de meses…
PREGUNTA
¿Cuál es tu reto este fin de año en cuanto a adquirir un bien inmueble, auto, viaje, pagar impuestos o colegiaturas ó bien no endeudarte más?
¡Hasta la próxima!
mariel@grupoenconcreto.com