Georg Philipp Telemann, un músico fraternal y eterno

Por Óscar Antonio Roa 

Georg Philipp Telemann es recordado en su 253° aniversario luctuoso, considerado como el músico más prolífico de todos lo tiempos. 

 La aseveración anterior tiene un impacto trascendental, cómo podría competir contra los innumerables músicos a lo largo de la historia, incluido Johann Sebastian Bach, amigo entrañable de este compositor con 800 obras acreditadas en el libro Guinness, pero con más de 3000 piezas musicales reconocidas e interpretadas por artistas alrededor del mundo. 

Su carrera comienza como la de muchos artistas, con una familia en contra de que estudiara música, a tal grado fue esta disputa que, la madre de Telemann lo despojaría de todos sus instrumentos musicales, porque, cabe destacar que el gran talento de este compositor nacido en Magdeburgo, en la actual Alemania, iba más allá de tocar un solo instrumento, tenía conocimiento sobre la flauta transversa, flauta dulce, oboe, órgano, violín, entre muchos otros; todos prácticamente sin asistencia educativa e incluso llegó a componer su primera obra a los 12 años de edad. 

Posteriormente, para cumplir con las exigencias familiares se encaminaría a estudiar leyes en la Universidad de Leipzig; sin embargo, el destino nuevamente a su favor le daría la oportunidad de florecer como compositor, primero como maestro de capilla en la corte del conde Erdmann II, después sería jefe de cantores en la corte de Eisenach y, finalmente, sería nombrado director musical de las cinco principales iglesias de Hamburgo. 

Este magnifico compositor destacado por tener influencias francesas, italianas, germanas y hasta polacas, dejó obras para música de cámara, ópera, pero su mayor aporte fue a la música sacra. A pesar de haberse perdido una gran parte de su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, dentro de su música destaca: Doce fantasías de flauta sin bajo; Concierto para Trompeta en Re; Sinfonía melódica para 2 oboes, cuerdas y bajo continuo en Do; entre muchas otras. 

A su muerte el 25 de junio de 1767, continuaría con su trabajo como director musical su ahijado Carl Philipp Emanuel Bach.