Grupos mexicanos ¿terroristas?

La semana pasada el gobernador de Texas emitió la orden ejecutiva No. GA-24 para designar como “organizaciones terroristas al Cártel de Sinaloa, al Cártel Jalisco Nueva Generación, así como a cualquier otra organización similar”. En ésta instruye tomar medidas para proteger a los texanos de la violencia y de la crisis por consumo de fentanilo que está en expansión. El gobernador envió asimismo una carta al presidente Biden para señalar la necesidad de una respuesta similar a nivel federal.

El texto parte de la justificación que ha existido un incremento de más de 680 por ciento en las muertes por sobredosis de fentanilo desde 2022; sólo en 2021, murieron más de 1,600 personas. Enfatiza el poder de los grupos para realizar ilícitos en la frontera como tráfico de personas, extorsión y delitos sexuales.

Esta orden ejecutiva contiene instrucciones precisas dirigidas al Departamento de Seguridad Pública de Texas. Algunas son establecer una división especializada contra cárteles mexicanos en el Centro de Fusión de Inteligencia de Texas para contrarrestarlos, así como identificar y combatir a las bandas locales que apoyan la operación de tales grupos dentro del estado.

Igualmente, se encuentra desmantelar la infraestructura, activos, vehículos y otros bienes que utilizan las agrupaciones para traficar enervantes hacia Texas, y detectar e impedir la actividad criminal en los puntos de entrada de drogas. Este documento tiene vigencia permanente y será suspendido únicamente en caso que el mismo gobernador lo instruya.

La pregunta sobre esta orden ejecutiva es ¿Cuáles son sus implicaciones? Es la primera vez que en suelo estadounidense se designa a los grupos criminales mexicanos como “terroristas”, con toda la carga política, ideológica e institucional que implica para la historia de este país durante las últimas dos décadas.

Lo segundo es que puede ser el inicio de designaciones similares en otros estados (especialmente los fronterizos y aquellos gobernados por el partido republicano) e incluso a nivel federal.

De hecho, ese mismo día, los Senadores Roger Marshall de Kansas y Rick Scott de Florida, en similares términos, propusieron al Congreso una iniciativa federal para la designación de los cárteles señalados como grupos terroristas, dado el creciente problema del fentanilo.

Un día después, el senador por Arkansas, Tom Cotton, dio a conocer un texto donde no sólo apoya la posición del gobernador texano, sino que va más allá. Señala que “debemos emprender una guerra contra los cárteles que no pare hasta que cada uno de los miembros criminales muera, sea mandado a prisión o neutralizado como una amenaza”. Éstos deben ser “destruidos” y es necesario utilizar “herramientas” similares que las que fueron utilizadas contra los terroristas de medio oriente, como congelar cuentas, expulsarlos del sistema bancario y prohibir la entrada de sus familias a Estados Unidos.

El senador por Arkansas propone utilizar unidades militares de élite para capturar o matar líderes, neutralizar lugartenientes clave y desmantelar los súper laboratorios donde producen droga. Sentencia que “no podemos permitir el retraso o la obstaculización de esta necesaria campaña” en referencia al gobierno mexicano. Tal vez es la frase más preocupante de todo el documento.

Destaca el hecho que existe una coyuntura o tendencia en el ámbito político, mediático e incluso social, para designar a los grupos mexicanos como terroristas. Es altamente probable que Texas no sea un caso aislado, que veamos una presión creciente para el gobierno de Biden y que sea un tema para las siguientes elecciones presidenciales.

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* Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y fundador de la Consultoría SIE. Twitter: @jgt_00