Columnas
Nos encontramos en un momento crucial de nuestra historia, donde nuestras decisiones tienen el poder de moldear el futuro de nuestro país, estado y municipio. Este año 2024, se nos presenta la oportunidad de participar en un proceso fundamental para fortalecer nuestra democracia: las elecciones.
Es comprensible que muchos de ustedes puedan sentirse desilusionados o desconectados de la política, dada la situación actual que enfrentamos, donde reina el descrédito de los valores fundamentales y la distorsión de la realidad. La desconfianza en las instituciones, la corrupción y la falta de oportunidades son problemas que han marcado nuestro presente. Sin embargo, no podemos permitir que esta desesperanza nos paralice, dejándonos como testigos silenciosos de la debacle nacional. Al contrario, es en estos momentos cuando más necesitamos levantar la voz y actuar; ejerciendo el voto.
Imaginemos juntos el México que queremos para el año 2050. Un México donde la justicia, la igualdad y la oportunidad sean la norma, donde la educación y la salud sean derechos universales, donde el medio ambiente sea protegido y respetado. ¿Es acaso este un sueño inalcanzable? No lo creo. Pero para convertir esta visión en realidad, necesitamos elegir líderes que estén comprometidos con estos ideales, que vean un solo México y estén dispuestos a crear puentes que permitan acuerdos y la recomposición social.
En este sentido, es esencial que seamos críticos en nuestra evaluación de los candidatos y los proyectos políticos que nos presentan. Debemos analizar no solo sus propuestas para el futuro, sino también su historial y su compromiso con los valores que consideramos fundamentales. Esto implica reconocer tanto los aciertos como los desaciertos del pasado, y ser conscientes de cómo estas experiencias pueden influir en su desempeño futuro.
Ahora, más que nunca, es importante que nos preguntemos: ¿Qué candidato o candidata garantiza las oportunidades que necesitamos para prosperar como individuos y como sociedad? No se trata solo de promesas vacías, sino de acciones concretas y viables que nos acerquen a la visión de un México mejor.
Es claro que no existe un candidato ni candidata perfectos, pero debemos elegir quien represente lo más cercano a nuestras expectativas y valores. La decisión no debe tomarse a la ligera, sino con una reflexión profunda y consciente de las implicaciones que tiene para nuestro futuro y el de las generaciones venideras, no permitamos que gane el abstencionismo.
El destino de nuestro país está en nuestras manos, y solo juntos como ciudadanos conscientes podemos construir el México que queremos. Este 02 de junio no dejemos solas las casillas para que otros decidan quién va a mandatar y dirigir el destino de la nación los siguientes 6 años. Participemos en las elecciones con responsabilidad y convicción, pensando en la prosperidad, visualizando un proyecto real de nación.
El cambio lo hacemos posible todos y este 02 de junio es la cita.
Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC