Columnas
@onelortiz
https://youtu.be/u-zwHTqRGXo?si=GdGMj2omhogto6DA
La Casa de los Famosos ha trascendido el ámbito del espectáculo y se ha instalado en el debate público. La reciente salida del youtuber Adrián Marcelo, después de que reconocidas marcas retiraron su pauta por no compartir los valores del reality show de Televisa, agrega una capa de complejidad al mundo del espectáculo televisivo mexicano.
La mayoría de la conversación pública se fue por el sendero de los comentarios políticamente incorrectos del youtuber, incluidos los de la Secretaría de la Mujer de la CDMX en contra de la actriz Gala Montes; sin embargo, pocos han hablado de la doble moral de varias de las empresas que patrocinan programas como éste.
Queda en evidencia la doble moral de dichas empresas, porque por un lado se suman a la cultura de la cancelación, pero por el otro, algunos de sus productos, como los helados saturados de azúcar, son terriblemente dañinos para la salud. ¿Se vale defender unos valores e ignorar otros?
¿De qué va esta vaina? Como sabemos, los reality shows son los hijos, productos audiovisuales, de los experimentos de psicología conductual de los años sesenta y setenta del siglo pasado, como el estudio carcelario de Stanford de 1971 y las series televisivas o telenovelas, en el caso mexicano.
Big Brother, así como sus programas derivados, tuvo su auge a finales del siglo pasado o en los primeros años de este. Se trata de producciones de medio pelo que se basan en llevar a situaciones extremas a un grupo de mujeres y hombres con personalidades polarizantes. No hay un guion como tal, pero sí una narrativa controlada, de acuerdo a las necesidades e intereses de la producción y los patrocinadores.
La novedad de La Casa de los Famosos está en cómo un producto esencialmente nativo de la televisión generó un ecosistema con las redes sociales, como ocurrió en la primera temporada de este reality. En la segunda temporada, lo novedoso fue la salida de marcas como Rexona, Holanda y Unilever, y después VIPS y Domino's Pizza, lo que provocó la salida inmediata de Adrián Marcelo. Como dicen, votaron con la cartera.
La primera pregunta es: ¿La salida de estas marcas compromete la continuidad financiera de este show? La segunda, que me parece trascendente en términos de ética y compromiso social: ¿Congruentes con los valores con los que dicen coincidir, estas empresas dejarán de producir algunos de sus productos terriblemente dañinos para la salud y el medio ambiente?
La salida de Adrián Marcelo o los escándalos de Gala Montes son parte de una narrativa controlada. Lo que sí me llama la atención es la doble moral de muchas empresas en los tiempos de cancelación. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.