Avanzo con el comentario de lo expuesto por el reconocido profesor, experto global en temas electorales, en la sesión de conclusiones de la Cumbre Global de la Democracia Electoral organizada por el INE y otras instituciones.
Sobre los avances dijo que el primero es el cambio en la evaluación de las elecciones, que “frente a la ubicuidad del fenómeno electoral, consiste en apreciar menos qué se vota, y más cómo se vota” y que el concepto de integridad electoral es el respectivo elemento estratégico-categorial.
El segundo se expresa a nivel de las normas ordinarias, referidas hoy conforme al concepto de integridad electoral a todas las etapas del proceso electoral. Es un campo muy heterogéneo, muy controvertido y dinámico, lo que aumenta el valor de las normas de nivel más alto.
El tercero, dijo, es la comprensión de que cada país debe encontrar la forma de organización que corresponda con las condiciones respectivas y las experiencias históricas, la forma que mejor se adapte para lograr integridad electoral.
Expuso también cuatro tendencias regionales observables en el ámbito de las normas administradas por las instituciones electorales.
Una primera es el fortalecimiento, la especialización y la ampliación de la autonomía e independencia política de los órganos electorales hacia todas las áreas del proceso electoral, reconociéndolos como instituciones consustanciales con la democracia liberal. En México, señaló, la reforma electoral de 1996 “fue idéntica con la transición a la democracia.”
Una segunda tendencia consiste en la ampliación del sufragio en general, como sinónimo de democratización. Si en el siglo pasado se avanzó en el voto activo y pasivo de las mujeres y a las y los nacionales que viven en el exterior, en el presente siglo se está avanzando en la inclusión de los analfabetos, las personas con discapacidad y minorías étnicas. Así, la inclusión de la mayor cantidad de ciudadanas y ciudadanos como votantes, administrada por las instituciones electorales, es un avance democrático significativo.
Encontró una tercera tendencia en el campo de política y dinero. Hoy todos los ordenamientos electorales en la región regulan el tema del financiamiento político, si bien en términos, modalidades y grados de intensidad que varían por país. Advirtió que es un campo en el que las instituciones electorales no deben ser abandonadas a su suerte en la lucha por la integridad electoral.
Reportó una cuarta tendencia en el contencioso o la calificación electoral. Es decir, la revisión de las reclamaciones y apelaciones electorales, el arbitraje de los conflictos electorales y la declaración de validez de los resultados electorales. Dado que por regla general el proceso electoral y los resultados electorales en Latinoamérica son controvertidos, celebró que la calificación electoral ha sido transferida, en gran parte, de tribunales inicialmente políticos, a instancias mixtas (judiciales y políticas) y finalmente a entidades puramente judiciales. Nos leemos el jueves.
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