El pasado 6 de agosto, cuando el ministro-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), Arturo Zaldívar, declinó aceptar la propuesta de extender por dos años su mandato al frente del máximo Tribunal de la Nación, porque se supone que él era el único hombre en todo el país capaz de sacar adelante una reforma del Sistema Judicial, se llevó el reconocimiento de sus compañeros porque luego de un período de reflexión, tomó la decisión correcta al señalar que “concluiré mi mandato como presidente de la Suprema Corte de Justicia el 31 de diciembre de 2022, cuando termina el periodo para el que fui electo por mis compañeros y compañeras Ministros”.
Con esto, el presidente de la Suprema Corte acabó con los señalamientos que le venían haciendo pues los momentos de tensión se incrementaban con respecto a la decisión que tomaría el ministro-presidente, ya que en la polémica estaban otros dos puntos no menos importantes como el Control del Consejo de la Judicatura y la aprobación de una serie de reformas prioritarias para el gobierno que requieren modificación constitucional como lo es la Ley de la Industria Eléctrica y la de Hidrocarburos.
Afortunadamente, la decisión tomada fue la mejor y eso abonó a la independencia que debe tener el Poder Judicial. Diversos especialistas en la materia estiman que el intento del Congreso para prolongar la Presidencia del Ministro Zaldívar, violó el principio de supremacía Constitucional, atentó radicalmente contra la división de Poderes y buscó afectar la independencia judicial.
Así, pese a haber declinado la posibilidad de ampliar su período al frente de la SCJN, el ministro-presidente confió en que el tiempo que tiene le alcanzará para seguir consolidando un mejor Poder Judicial de la Federación, “más honesto, moderno y cercano a la gente a pesar de las resistencias, vengan de donde vengan”.
Ahora que la Suprema Corte de Justicia rechazó anular por unanimidad el artículo 13 transitorio de una ley secundaria, con el que la mayoría de Morena en el Congreso pretendió agregar dos años a la Presidencia de Zaldívar y a los nombramientos de los seis consejeros de la Judicatura Federal (CJF) en funciones, se vino a comprobar que el Poder Judicial está dispuesto a defender su autonomía.
Ya con las aguas tranquilas, el ministro José Fernando Franco González Salas, concluye su encargo el próximo 12 de diciembre y la terna enviada desde Palacio Nacional la componen: Loretta Ortiz, Verónica de Gyvéz y Bernardo Bátiz. Sin embargo, todo indicaría que el Senado de la República decidirá entre mujeres, ya que por razones de edad, el maestro Bátiz quizás ya no podría llegar. Lo cierto es que el máximo Tribunal seguirá trabajando con toda independencia.
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