El pasado 30 de septiembre terminó la 1er mitad del año fiscal en los Estados Unidos y su déficit presupuestario llegó a los 2.77 billones de dólares, una cifra muy preocupante y que enciende todas las alarmas ya que es la segunda más alta en toda la historia, “el buen ánimo”, pero sobre todo la intención y el deseo de una mejoría en relación a los números del año pasado cuando se evidenció un récord de $3,13 billones de dólares de déficit presupuestario para el año fiscal 2020, se respira en la Casa Blanca.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y la directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Shalanda Young, en entrevistas públicas estimaron que el déficit de 2021 fue de $360,000 millones de dólares menor al año fiscal anterior.
Yellen y Young, se dijeron preocupadas, pero optimistas, ya que hay progreso de la economía gracias al paquete de estímulos de casi 2 billones de dólares promovido por el presidente Biden y, aprobado por el Congreso en marzo pasado comenzando a reportar mejorías, como ejemplo, mencionaron que el déficit en el presupuesto es el 2.6 por ciento menor al registrado en el mismo periodo de hace un año.
Cabe señalar que el gasto del gobierno aumentó 4.1 por ciento, esto es, 6.82 billones de dólares con respecto a los ingresos federales que subieron 18 por ciento. Es de mencionar que ambas funcionarias gozan de un amplio reconocimiento en el mundo económico financiero estadounidense y para mandar señales de tranquilidad acordaron un discurso público en al torno al presupuesto.
Es importante resaltar que el aumento en los ingresos se relacionó en forma directa con una mayor recaudación fiscal, tanto en el ámbito en lo individual como en corporativo, pero el proceso inflacionario está en pleno desarrollo tan es así que en septiembre pasado la cifra alcanzó el 5.4 por ciento, la más alta en los últimos 13 años, más allá de las declaraciones de que ésta fuera “temporal” como ha calificado la Reserva Federal (FED).
El índice de precios al consumidor (IPC), publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales, reportó incrementos sustanciales en algunas áreas pero se relacionan con los precios muy bajos registrados en 2020. El gasto de los consumidores que representa casi dos tercios de la actividad económica ha contado con “generosas distribuciones” (que no es otra cosa que regalos) de dinero por parte del gobierno desde marzo de 2020 y se incrementó a un ritmo del 11,9 por ciento en el segundo trimestre de este año.
Lo cierto es que la inflación lleva desde el mes de mayo por encima del 5 por ciento y esto es preocupante, veas por donde se veas.
@ncar7