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La Constitución Política de la Ciudad de México, establece que todas las personas tenemos derecho a la educación en todos los niveles, así como al conocimiento y al aprendizaje continuo; de igual manera tenemos acceso igualitario a recibir formación adecuada a nuestra edad, capacidades y necesidades específicas, así como la garantía de permanencia, independientemente de cualquier condición económica, étnica, cultural, lingüística, de credo, de género o de discapacidad.
La ley suprema local también prevé que el gobierno debe garantizar el derecho universal a la educación obligatoria, la cual se asume como un deber primordial y un bien público indispensable para la realización plena de las personas, así como un proceso colectivo que es corresponsabilidad de las autoridades de los distintos órdenes de gobierno en el ámbito de sus facultades, el personal docente, las familias y los sectores de la sociedad.
En cuanto a las obligaciones de las autoridades educativas, se estatuye que impartirán educación en todos los niveles y modalidades de acuerdo con su competencia y atribuciones.
En términos constitucionales, la educación pública es gratuita, laica, inclusiva, intercultural, pertinente y de calidad, estando orientada a igualar las oportunidades y disminuir las desigualdades; asimismo, es democrática y contribuye a la mejor convivencia humana y, un aspecto digno de resaltar es que la población indígena tiene derecho a recibir educación bilingüe, en su lengua originaria y en español con perspectiva intercultural.
La Constitución es tajante al establecer que está prohibido condicionar la prestación de los servicios educativos a cargo del Estado, incluyendo la inscripción, la aplicación de exámenes, la permanencia y la entrega de documentos, al pago de aportaciones, cuotas, donaciones, dádivas o cualquier otro tipo de contraprestación en numerario, bienes o servicios.
En tal virtud, atendiendo al principio rector del interés superior de la niñez, las autoridades capitalinas deben velar por el pleno ejercicio del derecho de las niñas y de los niños a recibir educación, garantizando su acceso y respetando su pleno cumplimiento.
Un aspecto fundamental es que la educación de los tipos medio superior y superior que se imparte en la Ciudad de México debe tener contenidos que propicien el pensamiento crítico y la conciencia de las personas sobre su papel en la sociedad y su compromiso con la ciudad, el país y el mundo.
Por lo que respecta a las personas adultas, en la norma se indica que tienen derecho a servicios de alfabetización, educación primaria y secundaria, así como oportunidades de formación para el trabajo a lo largo de la vida, con las particularidades adecuadas que requieran, estableciéndose acciones afirmativas destinadas a prevenir o compensar situaciones de desventajas o dificultades de grupos vulnerables, con el fin de procurar su permanencia en el sistema educativo.
En ese sentido, la Carta Magna de nuestra ciudad, ordena que el sistema educativo local debe adaptarse a las necesidades de la comunidad escolar y responder a su diversidad social y cultural; asimismo, debe fomentar la innovación, la preservación, la educación ambiental y el respeto a los derechos humanos, la cultura, la formación cívica, ética, la educación y creación artísticas, la educación tecnológica, la educación física y el deporte
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública federal (2022-2023), en el sistema educativo del país existen 34,681,699 estudiantes, de los cuales 17,509,600 son mujeres y 17,172,099 son varones. 29,350,955 están matriculados en el sistema público y 5,330,744 en el privado; mientras que en la Ciudad de México estudian 2,920,945 personas, de las cuales 1,501,220 son mujeres y 1,419,725 varones. 2,267,894 están inscritas en el sistema público y 653,051 en el privado.
Como puede verse, las cifras no son menores y todos los días se requiere de la atención permanente y constante de las autoridades educativas para darle fluidez a los servicios académicos; sin embargo, no debemos olvidar que en tiempos de pandemia atravesamos por una gran crisis en el sector que nos llevó a retroceder varios años en el nivel de los educandos, principalmente en los de primaria, pues aun cuando el gobierno realizó un esfuerzo enorme para darle continuidad a las clases, el hecho de que en el sistema público se impartieran por televisión y en el privado por internet mediante el uso de plataformas digitales y con tutores en línea, incrementó la brecha educativa entre ricos y pobres, lo cual es muy lamentable y ajeno a cualquier principio de justicia social que esperemos pueda ser remediado a corto plazo, porque hasta la fecha no se ha logrado.
Plancha de quite: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Nelson Mandela.