La marcha de mujeres en la Ciudad de México hoy está en boca de todos, para bien o para mal, para apoyar o para seguir denostando la lucha de las mujeres, pero nunca para quedarse igual.
Esta es la sexta marcha multitudinaria que se registra en la capital del país, las anteriores fueron en diferentes fechas entre 1997 hasta la actualidad, y entre la cuales cinco fueron para protestar por la criminalidad en el país, entre ellas una por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerreo.
Se dice que fueron 80 mil asistentes a la marcha feminista, pero en este caso muchas no llegaron a la plancha del Zócalo por los desmanes.
Este 8 de marzo la gran mayoría fueron mujeres, y algunos hombres solidarios quienes salieron a buscar un cambio, encontrando esa emoción de compartir ideales en un gran grupo, que cimbró a muchas y las empoderó.
Una escena atrapó mi atención ese domingo. Dos amigas, entre ese río morado, se ven a lo lejos, corren entre la gente, se abrazan. Muchas así se encontraron porque la vida junta a los iguales, y allí se reunieron varias que están hartas de tanto abuso.
Las adultas mayores, mis respetos, lanzando consignas, caminando bajo ese sol ardiente, y empujando a sus nietas a gritar más fuerte.
Entre ellas, al frente de la marcha, hubo familiares de víctimas de feminicidio y de desapariciones. De las primeras en su mayoría los agresores fueron los esposos.
Lamentablemente los reflectores se los llevan los desmanes, que en realidad fueron orquestados por un grupo que no representaba ni el 1 por ciento, y quienes generaron que en redes sociales se descalificara al movimiento, pero ahora hay videos de que en realidad eran infiltradas.
Ellas restaron espacio a lo verdaderamente importante de la marcha, las víctimas. Me permito retomar dos casos, el de Fernanda Moreno Labastida, asesinada en su casa, en Playa de Carmen, el 21 de febrero de 2018, cuyas investigaciones se retomarán desde el principio, porque las autoridades no cumplieron con su trabajo y dijeron que se trataba de un robo con violencia, por lo que ahora se indaga como feminicidio. Otro más. Sofía, de 21 años, fue acuchillada por el militar Francisco Javier León Jiménez, frente a su pequeño hijo de ambos, de tres años y medio, el 17 de octubre pasado. Él fue detenido y liberado por falta de pruebas, ahora prófugo, nuevamente es buscado.