Columnas
En esta temporada de almas y recuerdos, Los Camperos se han vestido de gala para ofrecernos un espectáculo sin igual, lleno de color, tradición y sentimiento. En su más reciente gira, han llevado la esencia del Día de Muertos más allá de nuestras fronteras, compartiendo con San Diego y Modesto un pedacito de México que retumba en el corazón y estremece el alma.
Desde el majestuoso Rady Shell en San Diego hasta el emblemático Gallo Center de Modesto, Los Camperos han cautivado a la audiencia, quienes con profunda emoción y respeto han presenciado la recreación de esta festividad sagrada. La escena, engalanada con catrinas y catrines que se movían al ritmo de nuestras raíces, estuvo acompañada de bailes que nos recordaron que, aunque los seres queridos ya no estén físicamente, su memoria sigue viva en cada acorde, en cada nota.
Uno de los momentos más conmovedores de la noche fue la interpretación de “La Llorona,” tema clásico y profundo que, con la entrega de Los Camperos, nos llevó a través de una velada nostálgica y mágica. Las voces, los instrumentos y el alma misma de los músicos envolvieron el recinto en un ambiente solemne y vibrante a la vez, donde lo mexicano floreció en cada rincón, recordándonos que nuestras tradiciones no tienen fronteras.
Agradecidos, Los Camperos dedicaron estas noches a cada persona que hizo el esfuerzo de acompañarlos. Su gratitud es inmensa hacia todos aquellos que, tanto en San Diego como en Modesto, acudieron para celebrar juntos la vida, la muerte y la memoria, en un homenaje que solo la música de mariachi sabe expresar con tanta fuerza y corazón.¡Gracias, queridos amigos y hermanos, por ser parte de esta tradición que nos une y que, como la misma música, es eterna!
Porque en cada canción, en cada baile, y en cada mirada al cielo, sabemos que nuestros seres queridos siguen presentes. ¡Y que viva México y sus tradiciones, siempre!