La semana pasada, ocurrió una riña entre reos en el penal de Apodaca, Nuevo León, donde hubo un saldo de 56 lesionados. Cinco grupos estaban realizando extorsiones y querían mantener un cogobierno en el penal.
Según versiones de varios internos, que eran extorsionados por estos grupos, aprovecharon una discusión al interior para intentar vengarse de un interno identificado como Adolfo "N", "El Jeringas", quien les quitaba parte de los ingresos que reciben cada viernes por trabajar en alguna de las siete maquiladoras al interior del penal.
Este tipo de extorsiones desde los reclusorios, tanto al interior de los penales, como al exterior, a través de llamadas telefónicas a domicilios particulares, ha sido una práctica común en las cárceles; por lo que es necesario que las autoridades ejecuten acciones para desarticular estas bandas.
La Ciudad de México es la segunda en población penitenciaria del país, cuenta con 13 Centros de Reclusión para adultos, 11 para varones y 2 para mujeres; donde se albergaba una población de 25,970 personas privadas de la libertad, al 3 de diciembre de 2021, por lo que urge realizar operativos y revisiones al interior de los penales, para detectar cualquier utensilio que se puede convertirse en un arma de construcción casera, así como artículos punzo cortantes, puntas, pica hielos, drogas, celulares y cualquier artículo prohibido, que se encuentra dentro de las celdas, lo anterior a fin de poder evitar que las bandas delincuenciales operen.
También sería bueno revisar si los inhibidores de señal de celular funcionan de manera correcta, y evitar las extorsiones telefónicas que se hacen desde los reclusorios capitalinos hacia el exterior.
La extorsión es un delito difícil de combatir porque desgraciadamente las personas no denuncian por miedo a las represalias de los delincuentes, y porque nuestro sistema de justicia sigue dejando libres a los delincuentes.
La extorsión que se da al interior del penal es aún más difícil de prevenir, porque la cárcel funciona como la selva, donde solo sobreviven los más fuertes, de ahí que la Secretaria de Seguridad Ciudadana, por conducto de la Subsecretaría de Sistema Penitenciario, deba ejecutar todo tipo de acciones para inhibir que este tipo de delitos sucedan al interior de los penales de la Cdmx e impacten a los ciudadanos.
El bloqueo de llamadas no es suficiente para evitar las extorsiones, se necesitan labores de inteligencia para saber de dónde provienen las extorsiones, y qué personas son la que están realizando la extorsión, con el fin de aplicar las sanciones penales correspondientes en contra de los extorsionadores.
Los ciclos de violencia, inician con amenazas, agresiones verbales, extorsiones, luego pasa a las agresiones físicas y puede culminar con la muerte de una persona, es decir con un homicidio, no debe la autoridad esperar a que esto suceda, es mejor prevenir un delito.
La autoridad debe actuar de manera inmediata aplicando la ley, y ejecutar todas las acciones a fin de combatir la extorsión que se genera en los penales de la Cdmx, que impacta al interior y al exterior de ellos.