¿Cuánto subieron las rentas en la CDMX? Mucho. De manera exponencial y descontrolada. ¿Quién regula el aumento de las rentas? Nadie. Es la ley de la selva, mejor dicho del concreto. Ejemplo, en las colonias Roma, Condesa e Hipódromo Condesa, una renta de 15 mil pesos en 2017, antes del sismo, ahora cuesta 30 mil o hasta 40 mil pesos. Hay aumentos hasta del 300%.
Efecto domino en colonias cercanas. En la Escandón, en la San Miguel Chapultepec o en Santa María la Rivera, la rentas pasaron de 10 mil a 20 mil o pesos y de 15 mil a 30 mil. Mismo fenómeno en la Doctores o la Obrera. La ola llega hasta Tlatelolco. De comprar departamentos en la Condesa o la Roma, mejor ni hablamos. Se venden en dólares o en euros, sólo al alcance de extranjeros, gobernadores y altos funcionarios.
En estas colonias hay comunidad extranjera, particularmente argentina, uruguaya o brasileña. A partir de la pandemia y de la generalización del trabajo en casa, proliferaron hoteles boutique y rentas Airbnb. Estadunidenses y europeos llegaron a vivir por temporadas cortas o largas a México. Ellos ganan en dólares, las rentas para ellos son bajas, pero para la población típicamente condesera se volvieron imposibles de pagar. Ahora no comparten departamento, sino cuarto. Son los desplazados del Airbnb.
De acuerdo al INEGI hubo un incremento en lo que se gasta en el alquiler. Pasó del 42% de los ingresos usados en 2018, al 51% en 2020. No hay un sólo proyecto de vivienda popular en estas colonias. Se trata de la exclusión social por medios de ingresos económicos.
Hace unas semanas, la CDMX y Airbnb firmaron un acuerdo para atraer a los nómadas digitales, lo cual provocó el rechazo de varios ciudadanos. Colectivos convocaron a una marcha el 17 de noviembre por el derecho a la vivienda en la capital del país. Dicen, estoy de acuerdo con ellos, que en la capital hay una población que no puede rentar o comprar una vivienda adecuada. Cada vez son más los jóvenes, mujeres y personas en condiciones de pobreza que no pueden salir del hogar familiar. Pobreza inmobiliaria. Atraer a los nómadas digitales, si bien aumenta la derrama económica, también incrementará, aún más, las rentas en varias zonas de la CDMX.
Nadie está en contra de atraer al turismo recreativo a la capital. Es una ciudad abierta y tolerante, pero la autoridad tiene la obligación de controlar el precio de las rentas y combatir a la mafia inmobiliaria. No puede dejarse al capitalismo salvaje. No hacerlo violará el derecho a una vida digna de millones de capitalinos. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?