Por Elena Chávez
¿Quién de los cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador será el gobernador de Palacio Nacional? ¿Le permitirá vestir como cualquier hombre en pleno siglo XXI, o deberá usar el ropaje de los mayordomos en tiempos de la Colonia? Quienquiera que sea el elegido no debe echar las campanas al vuelo porque en pocas palabras ese título significa: major domus, es decir, el más importante servidor de la casa.
Tal vez con este cargo, que generará un gasto millonario a los bolsillos de los mexicanos, el primer mandatario pretenda echar a un lado los servicios del controvertido outsourcing, empresas dedicadas a la contratación de personal de servicio sin ninguna prestación social.
Si así fuera el caso, ¿quién aceptará tan honroso cargo? Y no porque sea denigrante ser mayordomo, nombramiento que ya no se usa, sino porque quienes están cerca del presidente esperan un cargo superior, por lo menos una dirección general de alguna dependencia y no un puesto para supervisar la limpieza de Palacio Nacional y que les echen agua a los árboles plantados por el tabasqueño.
Buscando en la historia de quienes en su época se les dio el título de “mayordomo de palacio” encontré esta definición: “Durante el periodo merovingio, major domus, significa el más importante o el principal de todos los servidores de la casa. Era el intendente principal del rey. ¿será que estamos a punto de entrar a una monarquía?
Estos personajes existentes en países como Gran Bretaña, Holanda y España donde aún hay monarcas, llegaron a tener poder político, ejerciendo una función similar a la de “primer ministro”, cargo frecuentemente hereditario.
Lo malo para quien acepte ser gobernador de Palacio Nacional es que no tendrá ningún poder, el presidente López Obrador no es de los que les gusta compartir el imperio o la autoridad, es él quien domina todo y manda sobre todos sus integrantes de gabinete y más allá.
Considero, desde mi humilde punto de vista, que México no está para sacarse de la manga cargos como este, nuestro país no es una monarquía, es una nación con infinidad de problemas sin resolver, con crisis económica que golpea en la cara a un gran porcentaje de mexicanos y con una pandemia tan letal que en números reales ha matado a más de 250 mil mexicanos.
Vivir en Palacio Nacional no era como dijo el presidente López Obrador una acción de humildad, ni duerme en una hamaca como prometió y sí genera un mayor flujo de trabajadores y visitantes que ensucian y dañan un inmueble tan espectacular que debió permanecer como museo.
El mayordomo de Palacio, perdón el gobernador, deberá administrar los recursos destinados al cuidado del histórico inmueble y asegurarse de que la familia presidencial viva cómodamente, sin carencias y con todo lo necesario para pasear por los salones y jardines.
Abran apuesta: ¿Quién será el gobernador de Palacio Nacional?