Por muchas semanas y meses la oposición se ocupó en debatir y alzar la voz para advertir que México se aproximaba a la militarización, aun a sabiendas de que la Constitución señala que el comandante o la comandanta suprema de las fuerzas armadas es civil.
Lo decía más en el sentido de que los militares seguirían en las calles en la misión de brindar seguridad pública y por el hecho de que los integrantes de la Guardia Nacional tuvieran formación militar y quedaran bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa).
En diversos foros protestó contra la actuación militar en las calles y, celebró cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación impidió temporalmente el control de la Defensa sobre la Guardia Nacional.
Con la renovación del poder ejecutivo, las piezas se acomodaron. Una vez que la Doctora Claudia Sheinbaum asumió la presidencia, de manera natural se puso al frente de las fuerzas armadas, en su calidad de Comandanta Suprema.
El hecho de que por primera vez fuera mujer la comandanta en nada trastocó la estructura militar.
Por ley hay mando civil y cuenta con la aprobación de la sociedad, así que el arribo de la Doctora Sheinbaum fue bien visto.
El resultado de las elecciones federales en 2024 también permitió a los ganadores alcanzar la mayoría calificada legislativa para reformar la Constitución. La oposición ya no protestó como lo hizo años atrás, terminó por aceptar la actuación de los militares en seguridad pública y que la Guardia Nacional dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Sabe la oposición que al país no le ha quedado más remedio que echar mano de sus fuerzas militares para combatir a la delincuencia organizada.
La situación sigue siendo compleja.
Una sola secretaría o un solo hombre no es suficiente para conseguir el objetivo. Deben ir de la mano todas instituciones responsables. A veces pareciera que nada más tiene asignada esa tarea la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que encabeza Omar García Harfuch, personaje altamente entrenado y acreditado en la materia.
Por su perfil, por sus estudios, por las misiones que ha llevado a cabo y hasta por librar un atentado, hay quienes lo han relacionado con el personaje de historietas y películas que combate con éxito la delincuencia.
El superhéroe ficticio (Batman) creado en los Estados Unidos que tiene como escenario lo que se llama “Ciudad Gótica”.
Nada que ver con lo que sucede en nuestro país.
García Harfuch no es el enmascarado de murciélago de las películas, que, sin ayuda de nadie, con actos de magia, vence a delincuentes.
En el México real está visto que para contener al crimen organizado es necesaria la participación coordinada de autoridades, fuerza e inteligencia, sin olvidar la capacitación y apoyo que requieren policías estatales y municipales. También el respaldo de la sociedad.
Contra el poder del Estado no hay quien pueda y en este caso es indispensable la actuación del Estado.
Desde Palacio Nacional es firme la decisión de avanzar para recobrar la seguridad y tranquilidad.
Por eso el “Operativo Enjambre” en el estado de México, por eso García Harfuch está en Sinaloa, por eso ha sido nombrado el general Óscar Rentería Schazarino secretario de seguridad en dicha entidad y por eso seguramente vendrán nuevas acciones.
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