Por Martha Rojas
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La tarde que Mayes C. Rubeo fue nominada al Oscar por Mejor diseño de vestuario se enteró por amigos. Para ella fue un día insólito, pues a pesar de tener más de 20 años trabajando para la industria de la moda hollywoodense no esperaba que el reconocimiento a su trabajo alcanzara semejantes dimensiones.
“Yo estoy muy contenta de que me hayan nominado para un premio así. Lo supe porque unos amigos me hablaron para contarme. Es algo que nunca esperé pero que me hace sentir muy orgullosa por el trabajo empleado, por el país que represento y también por ser mujer. En Jojo Rabbit puse mucha dedicación, mi amor y mi esfuerzo. La película tiene una temática difícil, pero es necesario que abramos los ojos sobre nuestra historia reciente”, aseguró a ContraRéplica la modista, quien este 9 de febrero podría subir al escenario del teatro Dolby de Los Ángeles para recibir la estatuilla dorada.
Mayes C. Rubeo nació en la Ciudad de México en la década de los 60, en el seno de una familia que contabilizó 12 hijos. Cuando apenas tenía 20 años se trasladó a Estados Unidos para estudiar moda y diseño. Ella recuerda que sus primeros trabajos en Hollywood los realizó pegando botones, cociendo cintas, trabajando “duro” como asistente de vestuario.
"Duro", es una palabra con la que Rubeo define el trabajo que realizó antes de que llegara su primer éxito internacional de la mano de Mel Gibson. En 2006, la mexicana fue la elegida para diseñar y confeccionar el vestuario de Apocalypto, un filme que retoma la cosmovisión maya. Tras su colaboración con Gibson surgieron invitaciones para participar en Guerra Mundial Z, The Great Wall y más recientemente Jojo Rabbit, que le ha valido su primera nominación al Oscar.
La modista realizó, no sólo una labor loable al reproducir los colores y texturas adecuadas al contexto de la Segunda Guerra Mundial, sino que lo hizo en un tiempo récord de cinco semanas.
“Para esta película tuvimos que hacer 149 vestidos en un tiempo récord. Nos tardamos cerca de cinco semanas haciéndolos. En realidad fue muy poco tiempo, pero creo que trabajar duro y poner todo tu corazón siempre da buenos resultados”, agregó la modista desde Giorgia, Atlanta.
En el trabajo de vestuario —dice—, el crédito no sólo es suyo puesto que junto a ella trabajaron 10 costureras que le ayudaron a afinar los últimos detalles y cuidar cada ajuste del guardarropa que utilizaron los actores y extras. Además de que algunos requirieron ajustes de última hora y telas especiales.
"Es un trabajo complicado porque son muchos actores y extras, al final el resultado nos dejó satisfechos", dijo.
Para finalizar, la nominada al Oscar afirmó a esta casa editorial que de esta temporada de premios sólo espera divertirse y llevarse una buena experiencia, pues ella desconoce que existan personalidades que emprendan campañas para triunfar la noche de la entrega.