La historia de nuestro país no se entiende sin la participación activa y trascendental de las mujeres en la evolución de la sociedad. Desde Malintzin en la Conquista, Josefa Ortiz en la Independencia, las “Adelitas” en la Revolución y las sufragistas en las primeras décadas del siglo XX, se han generado importantes cambios en la estructura y organización de nuestras comunidades.
Con el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres a mediados del siglo pasado, comenzó una nueva lucha, que sigue hasta hoy, por el acceso a espacios de toma de decisión en condiciones de justicia, seguridad y paz.
Los reclamos de las mujeres por el respeto a sus derechos sociales, políticos y económicos han aumentado en los últimos años, encontrándonos con una nueva generación que está tomando las calles y alzando la voz contra la estructura patriarcal y dominante en nuestra sociedad.
Hoy les quiero compartir un libro editado por el Congreso de la Ciudad de México y el INFO capitalino, compilado por la Diputada Leonor Gómez Otegui, titulado “La visión de las mujeres en la construcción de la transformación social y política de México” y en el cual tuve el honor de participar con un artículo sobre la historia del Tribunal Electoral de la Ciudad de México desde la óptica de la participación de las mujeres en su órgano máximo de decisión, el Pleno.
En este libro, se conjunta la visión de 27 mujeres que, desde nuestros particulares campos de acción, trabajamos por construir una sociedad más justa y equitativa, donde las mujeres tengamos un ejercicio pleno de nuestros derechos.
La obra de la diputada Gómez Otegui rescata visiones del ámbito político, judicial, económico y social de mujeres en espacios de toma de decisión y la importancia del trabajo diario, el acompañamiento y la sororidad para romper las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres, así como la formación de nuevas generaciones.
En este Proceso Electoral se han construido mecanismos enfocados en la prevención y sanción de la violencia política de género y el acceso paritario en las candidaturas garantizando la participación femenina en distritos con posibilidades de triunfo, entre otros.
Para que estas acciones prosperen debemos alejarnos y combatir algunos de los vicios de nuestra democracia, ejemplos de ellos son: “Las Juanitas”, el nepotismo y el compadrazgo en el acceso a los puestos de poder. Estoy convencida que cuando las mujeres alzamos la voz, la estructura patriarcal tiembla en sus cimientos.
Concluyo retomando una frase introductoria en el libro de la diputada Gómez Otegui: “Las mujeres fuertes inspiran a las niñas para poder conquistar sus sueños; las mujeres fuertes enseñan a las jóvenes que no hay imposibles y que pueden ser lo que ellas decidan ser; las mujeres fuertes enseñan a otras mujeres que es posible transformar sus circunstancias, su entorno y su país”.