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Mal y de malas Ricardo Anaya, quien no puede llegar a México sin antes no llevar consigo un amparo federal, pero cómo obtenerlo si están en paro los jueces que deben otorgárselo. Por otra parte, se le había prometido al ex candidato panista presidencial encabezar el grupo parlamentario de su partido en el Senado, mientras el líder anunció que serán mujeres las coordinadoras de sus respectivas bancadas.
El PAN debe hacer escándalo, acostumbrado a las estridencias de sus legisladoras ahora pocos son los motivos para la distracción y es necesario incluso sacrificios propios ante los contrincantes y la autoridad electoral y no reparen en una revisión del padrón, que en este momento dejaría a ese partido sin registro.
Anaya significa una competencia para el liderazgo de Marko Cortés y podría impedir que llegar su favorito para sucederlo, Jorge Romero, de ahí que ahora el ex candidato a la Presidencia tenga al enemigo en casa. Así, sus diferencias atraen reflectores en lugar de pedir un conteo actualizado de su padrón.
Mientras esté Marko al frente del PAN el padrón estará secuestrado y con posibilidades de ser alterado. Si llegar Romero a la cúpula panista seguirá la misma tendencia; sin embargo, el conteo debe hacerlo el INE y darse cuenta de que no tienen derecho al registro. Como vemos la derecha panista es una caricatura, sus defensores en medios como Atypical y Latinus, y los ya habituales partidos políticos disfrazados de medios informativos, son un remedo de sí mismo. Más cercano a la comedia que a la política, tienen su público que en realidad para efecto de votos y opiniones carecen de validez.
Aquí el caso es que el PAN no debe existir en el panorama partidista de México, se quedó sin militantes a causa de sus propios excesos. Atrás quedaron los tiempos en los que el PAN imponía pruebas de admisión, exigía méritos, revisaba antecedentes.
Los escándalos del PAN provienen de su interior, en realidad de su cúpula, el resto es una comparsa silenciosa y mediocre. Habrá que asomarse al interior del PAN para ver todas las porquerías que quiere encubrir Marko con el nombramiento de alguien peor que él, en medio de una transición de liderazgo que provocará división.
Cualquiera de los candidatos al liderazgo nacional carece de proyecto. Se ha vuelto costumbre entre los panistas hacer de los programas políticos algo de lo que pueden carecer sin problema. Dejan todas sus candidaturas, dentro y fuera del partido, a las redes sociales y ala posible simpatía o antipatía de sus contendientes a la suerte.
La participación electoral del 2 de junio fue más copiosa de lo esperado, apenas un 5 por ciento mayor, suficiente para que el PAN no cubra el requisito de militancia del 0.26 por ciento del padrón.