Lamentable trabajo de un diputado tener como única tarea exigir renuncias y realizar denuncias en la Fiscalía contra los adversarios, sin contar con iniciativas congruentes de ley o debates a la altura del país que habitamos y el tiempo que se vive.
La política no es una labor que tenga que ver con los sentidos, esto es un debate muy viejo, Sócrates y Platón dominaban con gran maestría, hace casi dos milenios y medio, las grandes diferencias entre los niveles de pensamiento. Sin embargo, actualmente hay quienes practican la política sobre la teoría y práctica del enojo, lo cual no puede ser política, sino algo muy alejado de serlo.
El mundo de la política no tiene que ver con los sentidos sino con las ideas. Las acciones de los humanos que están asentadas en los sentidos se asemejan a las reacciones elementales de los animales y las ideas son las que diferencian la actividad delos humanos con los animales, quienes tienen también su manera de hacer política en la selva y el monte, donde el poder y la obediencia no les es ajeno, tampoco la ira.
En México los miembros de la oposición siempre están enojados, como fieras acorraladas. No difieren, odian. Contestan a los medios con agresión, inician peleas en lugar de debates, insultan y descalifican por sistema, pero de trabajo propio de políticos, que les debe ser natural, nada.
Hay un permanente enojo inexplicable, un odio inédito en la política nacional que ni siquiera se demostró en las violentas sesiones entre los constitucionalistas de principios del siglo pasado. Se trata ahora de un intento por marcar la polarización de una vez por todas en la sociedad mexicana. Comprobar que la violencia impera y la agresión es el único medio a través del cual los mexicanos interactuamos, a causa de un gobierno que no pueden debilitar. Es un malestar que pareciera les obligaron a dedicarse a ser legisladores, no se explica de otra manera la negativa por debatir sin las reacciones más elementales del ser humano.
Es decir, no hace de la política un ejercicio de ideas sino de pretextos para insultar, demandar, exigir renuncias al contrincante a quien adoptan como enemigo a muerte o presa de caza dentro y fuera delos recintos legislativos, porque hay una embestida a muerte inexplicable e inédita en la oposición mexicana que ha dejado de ser racional para convertirse en una especie de batallas sin causa sin importar el campo de acción.
La política ha dejado de ser un ejercicio de seres humanos para una oposición siempre dispuesta al pleito callejero, al discurso violento, a la agresión permanente, al grito al denuesto. A menos que pueda verse desde la perspectiva de que hay un grupo opositor que ha renunciado a sus prácticas humanas.