Por Adriana Moreno Cordero
Quien se encuentra detrás del partido Redes Sociales Progresistas, Elba Esther Gordillo, desde hace tiempo aprovecha la libertad que se le concedió en la actual administración para conformar una nueva opción de cara a las elecciones del ya próximo 6 de junio y, para ello, ha sacado del pasado vínculos importantes que tuvo como por ejemplo, en el 2006, con el expresidente Felipe Calderón, quien desde su campaña rumbo a la presidencia de la República contó con el apoyo de la exlíder magisterial.
Luego, vinieron tiempos muy difíciles para la profesora Gordillo y durante la administración de Enrique Peña Nieto estuvo en prisión para después, y una vez liberada, volver a la actividad política, pero con un perfil mucho más bajo en comparación a sus mejores épocas.
El caso es que ahora su yerno, Fernando González, es la cara pública de RSP, que quiso incluir también a calderonistas en sus listas de candidatas y candidatos a diversos cargos de elección popular, y una muestra de que en su momento el expresidente pudo haber intercedido por quienes fueron de sus hombres más cercanos, está Ernesto Cordero Arroyo, quien en la anterior legislatura fuera senador con importante presencia en la Cámara Alta y durante la gestión calderonista se desempeñara como secretario de Hacienda y, antes, de Desarrollo Social.
Ya se le veía a Cordero Arroyo de vuelta en el escenario político nacional como diputado federal, ahora, por el partido Redes Sociales Progresistas, sin embargo, de forma hasta inesperada, declinó la invitación hecha por dicho instituto político en una carta en la que explicó que prefería desde otra trinchera, “construir por México”, o sea, opta por permanecer en la esfera privada.
Sin embargo, lo anterior no obstó para que el exsenador del PAN quedara en buenos términos con el nuevo partido que se presenta como una nueva alternativa política y se encuentra bajo el cobijo del lópezobradorismo. Así que ya se verá en los próximos comicios cuál será el papel de este instituto político; si logra conservar el registro y se queda como un “partido bisagra” o logra crecer y también, si decide mantener sus vínculos con el calderonismo, pero desde luego, eso no le provocaría ningún dilema ni a la eterna líder del movimiento magisterial, ni a su yerno.
En esta difícil coyuntura que se vive, a los calderonistas no les ha ido nada bien, no solo por la aversión que fluye día a día desde Palacio Nacional. Otro ejemplo de ello, independientemente de que hayan o no incurrido en alguna ilegalidad, es las que ha pasado quien fuera secretario particular de Calderón Hinojosa, el también exsenador Roberto Gil Zuarth. Cuál será el destino del calderonismo en un escenario tan adverso, se verá después del 6 de junio.