Por Viviana Islas Mendoza
Los procesos electorales están compuestos de distintas etapas que implican meses de trabajo previo al día de la jornada electoral. Si todo sale bien, en septiembre, el Instituto Nacional Electoral (INE) estará dando el banderazo de arranque del Proceso Electoral 2021. A un año de las votaciones, señalo algunos retos que se tienen por delante cuando hay de por medio una pandemia.
El primero, es subsanar los vacíos en las instituciones electorales a fin de que estas puedan cumplir con sus facultades. Recordemos que falta nombrar a cuatro de los once consejeros del INE, y a su vez al INE le corresponde la renovación de 19 Organismos Públicos Locales, los cuales deben ser elegidos por mayoría de ocho votos. Asimismo, están pendientes las elecciones en Coahuila e Hidalgo suspendidas por el Covid19, preocupa que la gestión de los ayuntamientos en Hidalgo concluye el 4 de septiembre y aún no hay fecha para reanudar el proceso.
La importancia del proceso electoral de 2021 se debe a que por primera vez en la historia democrática del país habrá elecciones concurrentes en los 32 estados, a la par de la renovación de la Cámara de Diputados del Congreso Federal. El total de cargos a elegirse suman 21,368 entre diputados federales, gobernadores, ayuntamientos y Congresos locales. Se prevé la instalación de 168 mil casillas, en los que estén involucrados un millón y medio de funcionarios de casilla que serán instruidos por 55 mil capacitadores. Además de los candidatos, electores, representantes, autoridades y observadores, que todo en su conjunto la convertirán en la elección más grande, más compleja y por ende más cara.
El escenario ante predicciones inciertas sobre la mitigación del virus y el golpeteo constante del presidente al INE agravan el panorama del proceso electoral pendiente y el que está por comenzar. El Poder Legislativo perdió la oportunidad de fortalecer las reglas y de avanzar en el uso de la urna electrónica. Será la autoridad electoral a quién como siempre le toque gestionar el presupuesto e implementar las medidas necesarias para garantizar la legalidad de las elecciones y la salud de los ciudadanos, en la que la cooperación del gobierno será crucial. El costo de la democracia siempre ha estado en el debate público, en esta ocasión se debe estar consciente que ante al Covid-19 las elecciones se encarecerán. Finalmente, la independencia de las instituciones y el respeto a estas por los diferentes actores será esencial para la estabilidad política del país.