Columnas
Durante los últimos días, hemos sido testigos de la tragedia que causó la DANA (depresión aislada en niveles altos), el pasado 29 de octubre y que marcó la vida de los habitantes de Valencia, España y que hasta el momento ha dejado a más de 200 víctimas mortales.
Sin embargo, este fin de semana, el desastre causado por este fenómeno natural tomó mayor relevancia en el mundo entero a raíz de la visita la visita de los dos máximos representantes de la Casa Real, Felipe VI y la reina Letizia quienes, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de Valencia, Carlos Mazón, acudieron a Paiporta, considerada la zona cero del temporal, a manifestarlos su apoyo moral.
Esta visita se complicó porque cientos de habitantes de este municipio valenciano, increparon a los Reyes, llegando a la violencia ya que les arrojaron lodo y piedras, además de los insultos que no se dejaban de escuchar. Hechos que provocaron la huida del presidente del Gobierno Pedro Sánchez y del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.
Los reyes, con mucha templanza resistieron todo, con tal de manifestarles a todos los valencianos que estaban con ellos, que entendían su dolor, que les dolía verlos así, que estaban dispuestos a escucharlos, aunque esto significara seguir recibiendo palabras ofensivas.
No son pocas las imágenes de los rostros de los reyes, en los que se nota también su desesperación por no poder hacer nada en ese momento, pero al final quienes los increparon violentamente, poco a poco le fueron “bajando de tono” a sus acciones y palabras, creo por el respeto que ya se habían ganado por el simple hecho de no salir corriendo como Sánchez y Mazón, y hay videos e imágenes en las que muchos también muestran su solidaridad con ellos.
Felipe VI, el día que fue proclamado por el Parlamento como nuevo rey de España, sabía perfectamente el reto que estaba asumiendo para hacerle sentir a los españoles que los reyes “les eran útiles” y expresó: “Un monarca debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza"
En todos estos años, a eso se ha dedicado Felipe VI, pero lo sucedido el fin de semana ha sido el momento cumbre de cumplir cada palabra que dijo ante el parlamento español, momento y circunstancias que no cualquiera hubiera librado tan dignamente.
Al leer ese día, a algunos twitteros de nuestro país y ver cómo exhibían las imágenes, como diciendo “miren cómo los tratan y se lo merecen”, me puse a pensar en las tragedias de nuestro país, en las que muchos gobernantes no van al lugar donde la gente está padeciendo los desastres naturales.
O si van, es con todo un show montado para que ellos siempre luzcan bien, evitando a toda costa la cercanía con los ciudadanos porque saben qué les van a decir.
No es fácil, bajarse del tabique que les otorga el poder y ensuciarse, despeinarse, perder la compostura, cuando la imagen se ha vuelto todo.
Para hacer y aguantar lo que vimos este fin de semana, se necesita algo de lo que muchos ya carecen: ¡SE NECESITA VALOR!
ROSALIA ZEFERINO SALGADO
Dra. en Educación y
Asesora en Comunicación Estratégica
e Imagen Pública