El fin de semana se conmemoró el cincuenta aniversario de los disturbios de Stonewall. El 28 de junio de 1969, una redada policial que tuvo lugar en un pub llamado Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village, dio lugar a una revuelta y manifestaciones que marcó el despegue de la lucha por los derechos de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero e Intersexuales (LGTBI) y en su recuerdo se celebran las marchas del orgullo gay en todo el mundo.
Semanas más tarde de aquella revuelta se fundó en Nueva York el Frente de Liberación Gay con el objeto de realizar protestas y reivindicaciones, la homosexualidad estaba prohibida y era considerada una enfermedad mental. Fue el inicio de una pequeña revolución que se convirtió en un gran movimiento internacional. Se generó una ola de nuevos grupos que abogaban por los derechos de los homosexuales. Se volvieron mucho más visibles, no sólo para el mundo sino para ellos mismos. Hoy en día, existen miles de eventos del orgullo gay que buscan la anulación de los sistemas de opresión y un cambio legal que reivindique su derecho a decidir sobre su sexualidad y el ejercicio libre de la misma.
Sin embargo, en muchos países, las personas LGBTI enfrentan a diario violencia, discriminación y persecución. Sufren en silencio, se encuentran paralizados por el miedo, aumentando así su vulnerabilidad, generalmente no tienen más opciones que buscar asilo en otro lugar. En la actualidad, 77 países en el mundo penalizan las relaciones entreel mismo género y siete países las castigan con pena de muerte. En las últimas décadas, el número de refugiados y solicitantes de asilo LGBTI han aumentado, son calificados como “miembros de un determinado grupo social” bajo la Convención de Ginebra de 1951. A pesar de que nadie debería de huir por su orientación sexual o su identidad de género, nuestras sociedades han dejado en un segundo plano el ideal de inclusión y reconocimiento.
A cincuenta años de Stonewall y a pesar de que el mundo es ahora muy diferente, es el momento perfecto para hacer una pausa, reflexionar y revisar el camino recorrido para evolucionar. El movimiento de liberación e inclusión de la comunidad LGBTI persiste, la lucha contra la discriminación y por la tolerancia esta viva. Tenemos que encaminarnos hacia la comprensión de lo diverso, aprender de lo distinto, no apartarnos de ciertas diferencias, al contrario, abrazar la idea de que existe en los demás un derecho a elegir por sí mismos, y con ello tolerar. No una tolerancia reservada que mira convenientemente a lo distinto, sin ideales, que se presenta simplemente de manera pragmática, que tolera porque es un derecho del tolerado. Debemos buscar en la aceptación y el respeto nuestros propios ideales: ser iguales a pesar de nuestras diferencias.
• Es internacionalista, politólogo, abogado y
profesor de derecho en la UNAM. @heladioramirez