Trump ve muy difícil ganar las elecciones y mantenerse por cuatro años más en la Casa Blanca, por ello está apostando a llegar a un conflicto poselectoral donde pueda manipular diversas piezas como: la Corte Suprema de mayoría conservadora, los supremacistas blancos que se encuentran a lo largo del país, y el poder Legislativo en la Cámara de Senadores aún bajo control republicano.
A lo largo de su administración como presidente ha demostrado que el terreno donde más cómodo está, donde mejor se desenvuelve es el caos, la confusión, el desorden y a ello precisamente está apostando, claro que no lo admitirá públicamente pero aquí algunos ejemplos: a la muerte de la jueza Ruth Ginsburg, integrante de la Suprema Corte en septiembre pasado, propuso a la conservadora Amy Barret para ocupar el lugar vacante, el lunes pasado fue ratificada con lo cual logra una presencia mayoritaria de conservadores por si la elección llega a esa instancia.
Otra pieza más, el desmantelamiento que pretende hacer del Servicio Postal inaugurado por Washington en 1772 y el cual tres años después comenzó a ser utilizado para votar, los demócratas tradicionalmente recuren a él y ahora con la amenaza que representa el Coronavirus su utilización aumentó, situación ya prevista por el candidato republicano (Trump) porque movió sus piezas y nominó a su amigo, uno de los mayores recaudadores de su campaña, Louis DeJoy, como director con la idea clara de minar al Servicio Postal reduciendo las jornadas de trabajo, cancelando las horas extras e inutilizando maquinas separadoras.
Ni que decir de la mayoría que el partido republicano ejerce en la Cámara de Senadores mediante el liderazgo de Mitch McConnell, que está al frente de los 51 legisladores de ese partido. La Constitución designa al vicepresidente como el Presidente del Senado. Asimismo, la Constitución exige un Presidente pro tempore que sirva como el líder del Senado, cuando el Presidente del Senado (el vicepresidente) está ausente. En la práctica, ni el vicepresidente ni el presidente pro tempore, habitualmente son senadores Seniors, en la mayoría del senado en realidad preside una base diaria, esa tarea se le da a los senadores juniors del partido mayoritario, en parte para que puedan aprender el procedimiento adecuado. Por estas razones, es el líder de la mayoría en este caso un republicano, el que prácticamente dirige y administra el Senado.
Otra variable apuntalada por Trump son las diversas expresiones ciudadanas supremacistas que ahora de manera preocupante se muestran armados como lo hemos visto en las manifestaciones y disturbios de Kenosha, Philadelphia, Washington y Los Ángeles.
Estamos sin duda ante una elección histórica, pero de consecuencias impredecibles, ojalá prive la razón y la cordura por el bien de todos.