Columnas
La victoria de Claudia Sheinbaum en el ejercicio presidencial desencadenó la transición rápida y ordenada. Debido a esto, el presidente López Obrador emitió la orden de establecer las condiciones para la entrega oportuna del despacho. El mandatario y la ganadora de los comicios del pasado dos de junio han realizado visitas en algunos puntos del país. En este momento crucial, es razonable colaborar con dos líderes históricos en la lucha por la democracia en México. Es obvio que se requiere la visita a la mayor cantidad de territorios para establecer las prioridades compartidas en la agenda entre los gobernadores y las gobernadoras que han respaldado a Sheinbaum.
Ese mismo proceso de transición, ha quedado claro, se vive en el estado de Chiapas. En lo que va de estas semanas, Eduardo Ramírez, gobernador electo, sigue aprovechando al máximo el tiempo para ir planeando y organizando no solamente a quienes integrarán su gabinete legal, sino las directrices que, al final de cuentas, serán los ejes de su administración. Es, en todo caso, parte de la transición que se vive en varios puntos del país. La cuestión es que, de manera sofisticada, Ramírez ha dado un paso importante a la modernización que planteó en tiempos de campaña. Por una parte, presentó algunos instrumentos que coadyuvan en la seguridad, especialmente ante la vulnerabilidad que viven las mujeres.
Desde ese punto de vista, ofreció una alternativa rápida y eficaz ante cualquier riesgo que pueda llegar a tener la mujer. Es un instrumento, además de necesario, muy bien planeado en virtud de los tiempos que trascienden en varios puntos del territorio nacional. Siendo así, estamos hablando de un trabajo acelerado para iniciar con el pie derecho. Recordemos que, en tiempos de campaña, se llegó a la conclusión que había qué reforzar las estrategias de seguridad. En efecto, la pacificación de Chiapas, como sabemos, está en la lista de prioridades del gobernador electo. Desde luego, no será una tarea sencilla, sin embargo, hay un andamiaje muy notable para apuntalar esa situación. En la fase de campaña, de hecho, Eduardo habló de la multiplicación de los programas sociales y, de paso, del fortalecimiento a los ambientes de enseñanza y aprendizaje.
O sea, Eduardo Ramírez conformó un esquema integral para generar las condiciones de paz. Eso, en un futuro inmediato, traerá un clima de mayor confianza para afrontar otros retos que, de manera inherente, son parte del funcionamiento en un gobierno. Hablamos del desarrollo y la inversión extranjera, lo mismo de la creación de fuentes de empleo que, a la postre, constituyen una palanca de impulso para mejorar la calidad de vida de la población civil en Chiapas. Tal parece que así será, si tomamos en cuenta que, una vez iniciada la nueva ERA, Eduardo Ramírez arrancará su gestión como uno de los gobiernos con mayor respaldo social. Comprometido con ello, el Jaguar asumirá su mandato bajo la convicción de ser, ni más ni menos, el mayor activo político en el sur del país. Eso, además de legitimar las acciones que ponga en marcha, le abrirá la puerta al progreso e innovación.
Con lo que hemos visto hasta ahora, la gestión de Eduardo Ramírez, no tengo duda de ello, le apostará a la innovación y tecnología para tener un cambio positivo en todas las áreas de oportunidad. Hablamos de programas educativos, tecnificación del campo, digitalización y, desde luego, mecanismos que no tengan limitaciones para que la sociedad tenga un acompañamiento en temas de seguridad. De hecho, hay una necesidad inminente para que la sociedad vaya recuperando espacios públicos importantes que, a su vez, sean el catalizador que inspiran a miles y miles de jóvenes a incursionar en los ambientes educativos.
Sin duda, en los próximos meses, discutiremos los importantes cambios que experimentará la administración que liderará Eduardo Ramírez en Chiapas. En realidad, ha planificado adecuadamente cada uno de los puntos clave para la transición, ya que conoce los problemas que afectan a la población en todas partes. Sabemos que una de sus principales características es su participación activa con todos los sectores, lo que resultará un motor de impulso para uno de los gobiernos que actualmente lucen muy prometedores.