El mundial de futbol en la sociedad se ha caracterizado por ser una gran fiesta donde distintas culturas, idiomas, religiones. Ideologías políticas y pasiones conviven en armonía cada cuatro años sin embargo en esta ocasión el ambiente es distinto ya que las polémicas han manchado la mística de Catar 2022. La polémica comenzó durante la candidatura de Catar para ser sede en 2022 ya que la corrupción estuvo presente tan es así que este país de medio oriente, sin una afición clara por el futbol y sin estadios suficientes aun, le ganó a Estados Unidos un país que ha trabajado fuertemente en su liga local, en el apoyo al futbol femenil siendo su selección la potencia más fuerte, en su infraestructura con estadios que hoy impresionan al mundo del deporte en general y sobre todo una pasión enorme por el futbol teniendo como máxima muestra el estadio del LAFC donde muestran un ambiente cercano a lo que se vive en los estadios del futbol sudamericano. La injusticia de elegir a Catar sobre Estados Unidos desató el famoso FIFA Gate que fue la investigación del FBI a la FIFA donde se mostró la corrupción en la que está envuelto el máximo organismo del balompié mundial.
Otro escándalo que ha enfrentado la organización de esta copa del mundo son las condiciones laborales a las que han sometido a la mano de obra ya que si bien los estadios que han construido son obras monumentales con tecnología de punta para poder construirlos en tiempo record se han conseguido migrantes de países como Nepal, India y Bangladesh que han sometido a condiciones deplorables.
Las cifras según Amnistía Internacional son 3200 trabajadores, en su mayoría migrantes, que trabajan a diario en las obras sufren terribles condiciones de vida, mentiras sobre el salario, retrasos en el pago, no poder abandonar el estadio ni el campamento, no poder salir del país ni cambiar de trabajo además de amenazas. Sin lugar a dudas a esto muchos lo podrían llamar esclavitud moderna pero los petrodólares son para muchos más importantes que los valores de esta hermosa fiesta deportiva con un lado maquiavélico. El último punto no menos importante es la ideología del país organizador ya que en el mismo, temas como la discriminación a la comunidad LGBT y la mujer son el pan de cada día por lo que no es un lugar apto para una sociedad que se mantiene evolucionando para cada día ser más empática. Por el momento nos queda desear que las cosas salgan de buena manera en el mundial, que no haya injusticias que dañen la reputación de este deporte que existe para unir al mundo no para dividirlo ya que como dijo el mítico Diego Armando Maradona “La pelota no se mancha”.