Columnas
En por lo menos tres ocasiones, en este espacio derivado de los estudios realizados por las organizaciones civiles el Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), que han venido demandando a las autoridades transformar los entornos alimentarios escolares en espacios saludables, como una política prioritaria para el Estado, he escrito sobre este tema.
Estas dos organizaciones a través de la plataforma Mi Escuela Saludable, han realizado por 10 años un ejercicio de vigilancia ciudadana a nivel nacional sobre el entorno alimentario escolar.
En el último año reportaron que en el ciclo escolar 2023-2024, recibieron u total de 13 mil 437 reportes de 9 mil 582 escuelas del país, denunciando que la mayoría de los espacios escolares a nivel nacional incumplen con la regulación obligatoria y sancionable, con lo que plantean que 1 de cada 4 niños enfrentan sobrepeso y obesidad, y 1 de cada 2 vivirán con diabetes. De no actuar con rapidez y efectividad, se estima que vivirán cuatro años menos que sus padres y, además, lo harán enfermos la mayor parte de su vida.
Estas mismas organizaciones, al observar la omisión de la SEP, ante la prohibición de la venta de productos con sellos de advertencia y alimentos malsanos dentro de las escuelas, aprobado en el mes de diciembre de 2023 e integrado en la Ley General de Educación, presentaron un amparo en contra de la Secretaría de Educación Pública (SEP) por no cumplir con la publicación de los nuevos Lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas preparados y procesados en las escuelas del Sistema Educativo Nacional, que debían entrar en vigor antes del pasado 17 de junio de este año.
Por ello, el anuncio que realizó el día lunes el Secretario de Educación Pública, Mario Delgado, y que busca contribuir al ejercicio pleno del derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad para las niñas, niños y adolescentes en todas las escuelas públicas del país, es plausible, las 8 acciones presentadas son pertinentes y adecuadas, para abordar el problema de manera efectiva.
Sin embargo, hay cosas que observar, ya que en sexenios anteriores, se ha buscado atacar el mismo problema y no se lograron avances en el tema. Por ejemplo, en 2010, la misma SEP impulsó el documento “Orientaciones para la regulación del expendio de alimentos y bebidas en las escuelas de educación básica”, con sus respectivas capacitaciones y el problema sigue vigente, porque siempre hay puntos que requieren mucho más que los buenos deseos y las buenas intenciones, requieren un presupuesto específico, condiciones de infraestructura adecuados, agua potable, maestros de educación física, nutriólogos, entre otros aspectos, para lograr los objetivos planteados.
En este sentido, por ejemplo hay que recordar, que en 2020 se dio a conocer que el Programa Nacional de Bebederos Escolares no sólo causó un daño al erario por 2 mil millones de pesos, pues más de la mitad eran inservibles o no se instalaron jamás, sino que también resultó en la afectación a la salud de los infantes, derivado de que el agua suministrada a las escuelas públicas en 198 municipios, de 22 estados estaba contaminada, lo que requerirá un gran esfuerzo para la concreción de la acción número 2, referente a promover el consumo de agua natural en las escuelas.
La acción 7, plantea promover la actividad y práctica deportiva, para lo cual se necesitan más maestros de educación física, ya que en muchas escuelas no los tienen y los maestros tienen que asumir estas funciones que requieren a personal que esté capacitado en el tema, porque al contrario de lo que muchos creen, el realizar actividad física requiere conocimientos también específicos del cuerpo y la mente y las emociones humanas para lograr los resultados esperados.
Con esto, no quiero restarle valor a lo presentado, sino todo lo contrario, quiero resaltar lo importante que resulta para la salud y bienestar de las y los mexicanos en general, pero quiero ponderar que si queremos realmente cambiar la cultura alimentaria que hasta hoy prevalece en las escuelas, todas, todos debemos asumir el reto y la responsabilidad que representa, y en particular el gobierno debe ir más allá de un muy buen documento y poner todas las piezas que se requieren en este rompecabezas.
ROSALIA ZEFERINO SALGADO
Dra. En Educación y Asesora
en Comunicación Estratégica
e Imagen Pública