Columnas
Podría decirse que es normal que en todos los partidos políticos se den conflictos internos, intestinos unos, otros no tanto. El problema es que en Morena, éstos se caracterizan por ser sumamente radicales y revelan que una vez que llegaron al poder, no saben cómo manejarlo y todo se les está saliendo de control.
El caso de la confrontación de los líderes del partido guinda en el Congreso de la Unión, Ricardo Monreal y Adán Augusto López, tiene tras de sí una no tan antigua historia que se remite al momento en el que en la administración pasada, se dio el banderazo de salida a la famosa carrera de las “corcholatas”.
En esta precipitada carrera, el hoy líder de la Cámara de Diputados fue objeto de una serie de “patadas por debajo de la mesa” por parte de los militantes del ala dura de Morena, con todo y que el político zacatecano aseveraba que él era el “arma secreta” del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Por su parte, en dicho episodio se veía al senador López Hernández como el “caballo negro”, gracias a la cercanía que a la fecha tiene con el tabasqueño, pero al final de lacarrera, el papel que hizo el execretario de Gobernación fue bastante menor pues ya estaba más que “cantado”, quién sería la abanderada presidencial; incluso fue el propio expresidente López Obrador el que repartió los premios entre quienes no resultaran agraciados con la candidatura presidencial, no así la actual presidenta Claudia Sheinbaum.
De tal suerte que tanto el diputado por Zacatecas como el senador por Tabasco no le deben nada a la actual jefa del Ejecutivo, quien luego del duro intercambio que inició desde la tribuna de la Cámara Alta, los envió de inmediato con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, no sin antes reunirse con ambos morenistas en Palacio Nacional.
Sin embargo, en duda está si el evidente odio que se tienen ambos personajes quedó subsanado, pero lo más seguro es que no y en cualquier momento podría volver a reactivarse y no solo por este conflicto, sino que podrían aflorar otras muchas contradicciones.
En una cuestión hay que reparar: mientras en México el pleito intestino de Morena hasta con sus aliados provoca la caída de prominentes figuras de ese movimiento, tal pareciera que el PAN, ahora en manos de Jorge Romero, lo mismo que Marko Cortés, se suma aloficialismo o por lo menos eso intenta y Movimiento Ciudadano sigue con la cancioncita de (Jorge Alvarez) Maynez, el PRI se perfila como la verdadera oposición y confirma su liderazgo. Su presidente, Alejandro Moreno Cárdenas, ha viajado al extranjero donde ha sostenido reuniones con líderes emblemáticos de Latinoamérica como Yamandú Orsi y en España, con Felipe González y el exvicepresidente español, Alfonso Guerra.