Por Martha Cotoret y agencias
“La tiranía de Nicolás Maduro va a ser aplastada”, declaró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su discurso del Estado de la Unión. Y ahora busca formas de cumplir su promesa.
El departamento del Tesoro de Estados Unidos busca cómo asfixiar el gobierno de Venezuela cortando la única fuente de financiamiento que le queda: Rusia. De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, la dependencia estadounidense puso bajo la lupa a la petrolera rusa Rosneft, por ser la principal inversora en petróleo venezolano.
“Moscú ayuda a Venezuela a contrarrestar las sanciones impuestas por Estados Unidos con respecto a las industrias de extracción de petróleo y oro, así como en sectores financieros y bancarios. Ha ayudado al país a encontrar mercados alternativos para la venta de petróleo y oro, y para transportar y procesar estos productos para evitar las sanciones”, aseguró Vadim Grishin, profesor adjunto de la universidad George Washington a ABC.
El pasado 7 de febrero, el presidente venezolano Maduro recibió al canciller de Rusia, Sergei Lavrov en el palacio presidencial. Durante su visita a Caracas, el emisario de Vladimir Putin refrendó su apoyo al gobierno chavista.
"Reiteramos nuestra solidaridad y respeto al pueblo venezolano y al Gobierno en su lucha contra las presiones de EU. (...) Condenamos todo tipo de métodos como chantajes y sanciones que van en contra de la carta de las Naciones Unidas, incluyendo la intervención a países soberanos", añadió.
Las sanciones que prepara Washington y que podrían ser anunciadas en los próximos días penalizarían a quienes compren el crudo y otros productos al régimen de Maduro. El objetivo principal es la petrolera rusa Rosneft, que según estimaciones de Estados Unidos, distribuye dos tercios del crudo que extrae de Venezuela hacia, principalmente, India y China. Moscú cobra comisiones por esa distribución, en un negocio redondo, según ABC.
El gobierno de Vladimir Putin también participa en la extracción del oro, al sur de Venezuela, actividad que ha sido cuestionada recientemente por organizaciones como Human Rights Watch por los abusos a los que son sometidos los trabajadores de estas minas.
Cifras
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Millones entre dólares y euros en seis envíos inyectó el Kremlin a Caracas, entre 2018 y 2019, según datos de Bloomberg