Al Ing. Pablo P. Enriquez y Meza, pilar y cimiento, familia y empresa: ejemplo.
“Nada es tan obstinado como un elegante consenso”,
Margaret H. Thatcher
Cada uno de los miembros de la Comisión habían entrado en una fase de tensión, desencuentro e incluso frustración. Tras horas de debate, negociación y alianzas que se construían y deconstruían; el tiempo transcurrió hasta pasadas las 90 horas del cónclave permanente que se apostaba imposible.
Quienes estuvieron presentes o auxiliaron en los preparativos de las primeras entrevistas aseguran que, a pesar del hoy gran acuerdo, el consenso no fue fácil: pues en varios momentos se revisaron una y otra vez las opciones para después amagar con vetos que rompían el espíritu y el interés nacional para unos, en tanto que, para otros, las opciones que se presentaban eran sencillamente desproporcionadas, pues quedaban “fuera de alcance”.
El grupo más numeroso (“la gran mayoría”) amagó en varios momentos con reventar las sesiones imponiendo con ello su visión. En más de una ocasión se acercaron más hacia las propuestas de los radicales que también forman parte de esa mayoría y que de manera ortodoxa buscaban imponerse por encima de los intereses minoritarios.
En tanto, las oposiciones fueron construyendo sus propios acuerdos y mantuvieron una estrategia constante que poco a poco fue permeando con un acuerdo único y de altas miras para ir evadiendo a cada uno de los radicales que dinamitaban los pocos o nulos procesos que se dieron durante las primeras 80 horas del acuerdo final.
A pesar de la alta expectativa de fracaso para lograr una mayoría calificada, la Comisión concluyó por consenso. Y aunque me encantaría decir que esto pareciese una “analogía” sobre la designación de los nuevos consejeros del INE; lo cierto es que el gran acuerdo se dio como una medida inmediata y contra cíclica para hacer frente a la recuperación económica derivada del #Coronavirus.
Los jefes de Estado y de gobierno de los 27 miembros de la Unión Europea decidieron conjuntamente promover el endeudamiento de 750 mil millones de euros, donde un 50 por ciento será enfocado a subvenciones (fondo perdido) y el 50 por ciento restante será invertido mediante créditos directos, teniendo como garantía el presupuesto plurianual de esa comunidad política y económica entre los años 2021-2027; siendo el año 2021 cuando se ejerza el 70 por ciento de ese capital.
Posiblemente este acuerdo solo sea equiparable con aquellos otros que permitieron la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. La madurez de esa comunidad política hace esas pequeñas grandes diferencias que les permitirán recuperarse de forma inmediata y mediata en los próximos ocho años. Lo tienen claro, la unión es el camino que permite sortear las más grandes adversidades.
No hacerlo así, no entenderlo así, los condenaría a una década perdida donde los Estados democráticos corren el gran peligro de empequeñecer ante la falta de soluciones concretas, dando paso a opciones tan radicales como las que tuvieron que enfrentar en la Segunda Guerra Mundial.
APUNTES FINALES
Nada más falso que comparar a un gobierno presente con un gobierno pasado ante una crisis inesperada. No es que no se pueda, no es que no se deba, no es que no se quiera, pero definitivamente se contrastan dos momentos con características y circunstancias completamente distintas; cada gobierno resuelve bajo características únicas.
Por ello, en medio de la crisis del Gran Confinamiento, la Unión Europea manda al mundo un mensaje de unidad, integralidad y visión para demostrar que no obstante a las diferencias ideológicas y políticas, es posible construir comunidad.
México debe encaminarse hacia la construcción de grandes consensos que le permitan salir de las condiciones de la mediocridad económica. Lo contrario, nos llevará al abismo.