Columnas
Las elecciones son el proceso por el cual los ciudadanos eligen a sus representantes políticos, ya sea para cargos ejecutivos, legislativos o judiciales, mediante el voto libre, secreto, universal y periódico. Las elecciones son un elemento esencial de la democracia, ya que permiten la participación, la representación, la rendición de cuentas y la alternancia del poder de los gobernantes.
Las elecciones son importantes porque reflejan la voluntad popular y la soberanía de la nación; garantizan el respeto a los derechos humanos, las libertades fundamentales y el estado de derecho; fomentan la pluralidad, la diversidad y el diálogo entre las diferentes fuerzas políticas y sociales; estimulan el debate público, la información, la educación y la cultura cívica de los ciudadanos; y promueven el desarrollo económico, social y ambiental del país.
Por su parte, la abogacía es la profesión que se dedica a la defensa de los intereses jurídicos de las personas, ya sean naturales o jurídicas, ante los tribunales, las autoridades o las instituciones. La abogacía es una actividad de servicio público, que requiere de una formación académica, una ética profesional y una responsabilidad social.
Así las y los abogados se encargan de proteger los derechos, las garantías y las obligaciones de los ciudadanos, tanto en el ámbito público como en el privado; contribuye a la administración de justicia, al acceso a la tutela judicial efectiva y a la solución pacífica de los conflictos; asesoran, orientan y representan a los clientes en los asuntos legales que les afectan, con independencia, lealtad y diligencia; colaboran con el fortalecimiento de las instituciones, el ordenamiento jurídico y la seguridad jurídica del país; participan en la elaboración, la interpretación y la aplicación de las normas, los principios y los valores que rigen la convivencia social.
Las elecciones y la abogacía son dos pilares de la democracia y la justicia, que se relacionan de diversas maneras, como: La abogacía interviene en las elecciones, ya sea como candidatos, como asesores, como observadores o como impugnadores, para garantizar la legalidad, la transparencia y la equidad del proceso electoral; las elecciones influyen en la abogacía, ya que determinan la composición y el funcionamiento de los poderes públicos, que son los encargados de dictar, aplicar y controlar las leyes que regulan el ejercicio de la profesión
jurídica; y la abogacía y las elecciones se complementan, ya que ambas buscan el bien común, la paz social y el progreso del país, mediante el respeto a la Constitución, la ley y los derechos humanos.
Para fortalecer las elecciones en el mundo, se pueden dar las siguientes recomendaciones: Promover la educación cívica, la cultura democrática y el respeto a la ley, como valores fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía y el voto; garantizar la independencia, la imparcialidad, la profesionalidad y la ética de los actores electorales, como condiciones indispensables para la credibilidad, la confianza y la calidad de las elecciones y la justicia; fomentar la participación, la representación, la inclusión y la diversidad de los ciudadanos, los candidatos, como principios esenciales para la pluralidad, la equidad y la igualdad de las votaciones; impulsar la innovación, la adaptación, la transparencia y la rendición de cuentas de los procesos, los sistemas y las instituciones electorales, como criterios clave para la eficacia, la eficiencia y la responsabilidad de la democracia; y establecer el diálogo, la colaboración, la cooperación y el aprendizaje entre los actores nacionales e internacionales, como mecanismos fundamentales para el intercambio, el apoyo y el fortalecimiento de las elecciones.