Debe tenerse mucho cuidado con los panistas y los priistas en todo el país, sobre todo en la proximidad de lecciones el 5 de junio, cuando intentarán esos partidos mantenerse en el poder en algunas de las seis entidades en disputa.
Hidalgo, bastión del PRI hasta hace un par de años se convirtió en una tierra peligro para los ciudadanos mayores, primero los policías municipales de Pachuca que gobierna el presidente municipal del PRI, Sergio Baños Rubio, golpearon a un par de adultos mayores sometiéndolos en el suelo porque no habían pagado los derechos de su pequeño negocio.
Pero la embestida contra los adultos mayores no se detiene ahí, tratándose de priístas, porque al candidata de ese partido, que va en alianza con el PAN y lo que queda del PRD para competir por la gubernatura del estado, Carolina Viggiano, esposa del coordinador parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, mostró su política de exclusión al decir que es mucho dinero lo que reciben los mexicanos de la tercera edad a través del banco de Bienestar, por lo que deberían destinar ese dinero a carreteras.
Por si fuera poco, la prepotencia de la alianza electoral muestra la impunidad al realizar actos adelantados de campaña y llenar las principales ciudades de Hidalgo, con espectaculares, cuyas características no son las permitidas, porque tiene la obligación de utilizar en esos anuncios material reciclable, lo cual no ocurre, violando nuevamente las normas electorales. Las campañas para la gubernatura inician oficialmente en abril y ella lleva semanas tratando de influir en el voto de los hidalguenses sin que haya autoridad que meta en cintura a la alianza electoral que ha protegido a ultranza el INE.
La situación que los pobladores viven en Hidalgo no tiene precedentes en cuanto a inseguridad, los habitantes Xuchitlán, San Salvador, cerraron las carreteras de acceso a la población porque exigen sea castigado el asesinato de Leobardo Hernández Regino ocurrida el 1 de junio del 2021.
El proyecto político de los panistas es antagónicamente diferente al actual, donde se privilegian los intereses de las minorías. Lo mismo demostró el PRI en tantos años de gobierno.
Las elecciones del próximo año serán interpretadas como un ensayo general de lo que sucederá en 2024, aunque faltan por cambiar dos gubernaturas antes de ese año, ambas en manos del PRI: Coahuila y Estado de México, donde la población padece el mal gobierno de ese partido, como se muestra ahora en Hidalgo, con candidatos que quieren arrebatar logros alcanzados con esfuerzo de la gente, pero no falta quien diga que son decisiones de la actual administración pública para seguir viendo de manera distorsionada la realidad del país.
Estas declaraciones y acciones que evocan el pasado anuncian un fraude electoral en tierra hidalguense.