Un juzgado de concursos mercantiles en la Ciudad de México, declaró en quiebra la empresa Altos Hornos de México (AHM).
Al respecto, Ruth Huerta García, jueza Segunda de Distrito de Concursos Mercantiles, declaró de oficio la quiebra de la empresa con sede en Monclova, y con ello se cierra un ciclo en la industria del acero en México.
La siderúrgica requería alrededor de 900 millones de dólares, de los cuales al menos 650 millones deberán ser destinados para enfrentar los adeudos que tiene con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Petróleos Mexicanos (Pemex), trabajadores (a quienes dejó de pagar su sueldo hace al menos un año siete meses) y acreedores, mientras que el resto sería para reactivar sus operaciones.
Según reportes, la declaración de quiebra se debe a que no se pudieron concretar las inversiones ni tampoco el rescate de AHMSA que se tenía programado con una empresa estadunidense por el asunto de la deuda, debido a que Alonso Ancira aún no concluye el total de la reparación del daño ocasionado a Pemex estipulado a pagarse en cuatro años.
La determinación de la jueza podría permitir que se levante la medida cautelar que impide reconocer las asambleas de socios, facilitando así un cambio en la presidencia del Consejo de Administración de AHMSA, una solicitud reiterada por el gobierno federal.
El gobierno federal ofreció apoyo para reestructurar la deuda de la empresa, con la condición de la salida de Ancira de la presidencia. Sin embargo, cuando el empresario presentó su renuncia en marzo de 2023, esta fue rechazada por el entonces juez Saúl Martínez Lira, quien no reconoció la asamblea de socios y bloqueó el cambio en la mesa directiva.
La jueza ordenó al Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, que dentro del término de cinco días, en su caso, ratifique a un síndico, para que se encargue de administrar la quiebra, siempre bajo vigilancia de Huerta García.
Con esto, el sindicó deberá iniciar el proceso de liquidación de los bienes de la empresa para pagar a los acreedores, entre ellos a los trabajadores.
La declaración de quiebra deja en el desamparo a cerca de de 20 mil trabajadores, entre ellos varios de alta especialidad, que dependían de la siderúrgica y las minas.
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