Con un panorama claro de los resultados de las elecciones intermedias, los jóvenes latinos demócratas fueron en gran parte, el grupo que impidió el avance de lo que muchos republicanos anunciaron, un tsunami de color rojo y el regreso del fanatismo enfermizo.
El voto joven fue y es codiciado tanto por los demócratas como por los mismos republicanos y es que, la afiliación de mujeres y hombres de entre 18 y 29 años es un “filón” fundamental, muy codiciado.
Los jóvenes latinos votaron 7 de cada 10 en favor de los demócratas, muchos de ellos por primera ocasión.
Proyecciones del gobierno indican que cada año, durante los próximos 15, un millón de jóvenes alcanzarán los 18 años y podrán participar ya en las jornadas electorales venideras, ahí, precisamente es donde radica el interés de los partidos en lograr cooptarlos.
Los datos más recientes que se obtuvieron de la reciente jornada electoral ubican a un: 43 por ciento de estos jóvenes en el lado demócrata, 37 por ciento como independientes o indecisos y 34 por ciento del lado republicano. Y bueno, en contiendas tan cerradas como las que se acaban de vivir, estos votos son decisivos y ayudan a marcar un nuevo rumbo en la política de unos de los grandes líderes del mundo.
Los jóvenes saben hoy que su voto decide, que tiene consecuencias a quienes se los dan.
Con la mayoría de las elecciones resueltas, los republicanos ganaron nuevos simpatizantes, pero no los proyectados, eso que haría la ola roja a nivel nacional. Los demócratas, a pesar de lo poco que han logrado durante los últimos años siguen al frente.
En los Estados fronterizos con México, la participación latina se expresó de manera diferente, recuperaron Arizona, un sólido bastión republicano que se convirtió ya en un Estado morado (en los que se alterna el poder entre ambos partidos) desde que Donald Trump se peleó con la familia del influyente senador John McCain. El expresidente, que ha sido considerado como uno de los grandes perdedores de la contienda reciente, sumó la derrota de su candidata a gobernadora de Arizona, Kari Lake.
En Texas, se mantuvo la presencia republicana con un margen cada día más estrecho y esto sin duda por la presencia de un aspirante como Beto O´Rourke que logró la empatía de muchos jóvenes.
Sin embargo, no podemos dejar de lado que la clase política estadounidense en sus posiciones de mayor influencia, aún siguen ocupadas por mujeres y hombres que superan los 60 años, lo que es un reflejo del lento avance de las nuevas generaciones, el presidente Biden, por ejemplo, tiene 79 años, la vicepresidenta Harris 58 años y la líder política más influyente Nancy Pelosi, 82 años.
@arnc7