"Tenía 23 años cuando tuve a mi primer hija, “darle pecho” era algo en lo que me fui mentalizando, ya que siempre lo ví con las mujeres de mi familia, era algo entre natural y obligatorio, sin embargo, no fue fácil físicamente hablando porque hubo momentos en que resultó doloroso, pero la sensación de conexión que se generaba entre mi hija y yo, superaba cualquier sensación negativa. Sin embargo pronto le dejé dar de comer porque me tuve que regresar a trabajar y le empecé a dar leche en polvo.
Después con más edad, y al estar esperando a mi segundo hijo, me puse a leer sobre lo que implicaba la lactancia materna, ya con conocimiento disfrute cada momento en que amamantaba a mi pequeño, y al contrario de lo que hice con mi hija, con mi “Patito”, cuando regresé a trabajar, me sacaba la leche, la guardaba en el refrigerador para dejársela en botellas de vidrio a mi mamá en el refrigerador para que se la fuera dando, porque entendí que mi leche, era más que un alimento que yo le estaba dando de corazón”.
Estas palabras de Lilia, madre de Anita y Patricio me pusieron a reflexionar cuántas madres mexicanas, viven su periodo de lactancia como lo vivió ella con su primer hija y cuántas lo reflexionan, lo disfrutan y hacen lo que hizo con su segundo hijo, porque a pesar de que se ha difundido mucha información sobre los numerosos beneficios que tiene la lactancia materna tanto para los bebés como para las madres, las cifras nos demuestran que su práctica no ha aumentado.
En este sentido, la prestigiosa publicación médica The Lancet, en 2016 publicó el análisis sobre lactancia materna más completo realizado hasta la fecha, que revelaba que solo el 35,7% de los niños en todo el mundo se alimentan exclusivamente con leche materna durante sus primeros seis meses de vida, en dicho estudio informa que las consecuencias de la no práctica de la lactancia materna, se encuentran: menos capacidades cognitivas de los niños que no toman el pecho, mayor número de muertes de niños al año, muertes de madres por cáncer de mama, infecciones respiratorias.
Y entre los motivos para no practicar la lactancia materna, detectó que el tiempo que se les otorga en la seguridad social para estar con sus bebés es insuficiente, en los hospitales no les dan la información pertinente en torno a la importancia de amamantar a sus hijos e hijas, la crítica social y cultural en torno a esta práctica, se promueve el uso de los sustitutos de leche materna.
Esto impulsó a que el Dr. Rafael Pérez-Escamilla de la Universidad de Yale, y la Dra. Sonia Hernández Cordero, académica e investigadora de la Universidad Iberoamericana realizaran la Serie de Lancet de Lactancia Materna 2023, que fue presentada en la Universidad Iberoamericana, y en donde enfatizan que uno de los principales mensajes que dejan es poner fin a la publicidad engañosa de las fórmulas comerciales infantiles a través de un tratado legal global, mediante la descripción detallada de las estrategias detrás de la comercialización de las fórmulas comerciales infantiles que se dirigen a madres, familias, profesionales de la salud, políticos y tomadores de decisiones.
Las organizaciones que estuvieron presentes en dicha presentación, entre las que estuvieron Pacto por la Primera Infancia, UNICEF, Organización Panamericana de la Salud (OPS), Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Save the Children, y Un Kilo de Ayuda, unieron sus voces para demandar que gobiernos y a la sociedad en general, para que contribuyan a generar acciones que impulsen y protejan la lactancia materna para el bienestar de las madres y de sus hijos, porque hoy más que nunca, todos debemos entender lo que en su momento comprendió Lilia, la leche materna es mucho más que un alimento.
Mtra. Rosalía Zeferino Salgado
Asesora en Comunicación Estratégica e Imagen Pública