Era el plantón de padres de niños que desafortunadamente padecen cáncer y sufren en carne propia el desabasto de medicamentos porque las terapias tienen que ser dos veces por semana y la lucha de sus papás, a pesar de ser total, solo ha alcanzado para que les suministren sus tratamientos una vez cada 15 días.
Ahí estaban los padres gritando consignas y muchas madres no solo de la Ciudad de México, sino de otros estados como Veracruz y Sonora, llorando por la impotencia de que las autoridades hacen oídos sordos a sus reclamos; ahora sí que como reza un refrán: “no es lo mismo ver los toros desde la barrera que enfrentarse”.
Al principio de estos plantones, muchos de los pasajeros que viajan por avión y que tienen que caminar poco más de un kilómetro para poder llegar a tiempo a sus vuelos, manifestaban rechazo, pero ahora, al ver que no les hacen caso en sus justas demandas y que ellos no cejarán en exigir el suministro en tiempo y forma de los medicamentos para sus hijos enfermos, se han solidarizado.
Entre estos padres y madres que están dispuestos a luchar sin descanso, pese a los señalamientos que les hizo en días pasados el secretario de Promoción y Prevención de la Salud, Hugo López Gatell, de que encabezaban un movimiento golpista, está Jesús García, que había venido desde Hermosillo, Sonora para acompañar a quienes conoció en el pasado.
El señor García, padre de una menor que desafortunadamente falleció víctima de esa terrible enfermedad hace tres años, estuvo en la Terminal Aérea como un homenaje a su pequeña, que en la lucha en contra del cáncer, hizo amiguitos que ahora siguen demandando que no quieren morir porque esta enfermedad no espera, como les piden en la Secretaría de Salud a los padres, que esperen; que ya mero llegan los indispensables medicamentos y dando largas bajo el argumento de que sus demandas, son totalmente justificadas y respetables; limitándose a palabras y más palabras.
Jesús García tuvo que batallar a lo largo de este sinuoso camino, al igual que otros padres de niños que padecen cáncer para conseguir las medicinas para su pequeña hija. Viajes a la Ciudad de México; falta de recursos económicos, donde entraba la solidaridad de la familia, juntando dinero para poder comprar algunos de estos medicamentos que son muy caros; inaccesibles para la mayoría de las personas. Durmiendo en su vehículo, limitándose lo más posible en la comida y otros gastos de primera necesidad con tal de sacar a su hijita adelante, pero el cáncer se la llevó primero.
Por eso y luego de la partida de la menor, un hecho para el que no hay explicación posible; un dolor con el que se aprende a vivir pero nunca terminará, Jesús García continúa apoyando a los padres de los niños con cáncer.
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