Las diputaciones plurinominales quedan entre amigos y familia

Columnas lunes 08 de febrero de 2021 -

Llegan las listas de los nombres que fueron registrados para las diputaciones federales por la vía plurinominal del PRI y PAN. No cambió nada: siguen siendo una oposición tradicional y pragmática en la que prevalece el nepotismo y la influencia hegemónica de las buenas relaciones del poder— en las que no pueden ser discutidas— porque el dedo todopoderoso de sus dirigentes Nacionales está por encima del seno de sus principales cuadros y estructuras políticas que siempre caminan con fidelidad ciega esperando ser tomados en cuenta.

Así que entre la consanguinidad, el reciclaje, los acuerdos del Frente y la marcha de los viejos políticos que no se cansan de pasar de curul en curul, se armó una lista que surgió como respuesta infalible que supuestamente “contrarresta” el poderío del Presidente Obrador que seguramente reafirmará en 2021.

Y es que todo parece indicar que la derecha no aprendió ni entendió el duro golpe que sufrió en 2018. Ahora, persiste la misma estrategia: un proyecto lleno de influyentismo. No hay nuevos cuadros, repiten los mismos, los allegados y los hijos de la clase política alta. En unos casos eso, y en otros, reaparecen los que abiertamente se han autodenominado detractores de Andrés Manuel y de la 4T. Entonces, ¿será esa la oposición que le compita al presidente su poderío en San Lázaro?

Es cierto que la oposición trae la espina clavada por la aplanadora que les pasó en 2018, pero, ¿con la misma estrategia? Recobrar la confianza de la sociedad es su mayor reto; perdieron el timón después de haber optado por la clásica alternativa de tomar decisiones entre sus filas. Conservan el legado que les propinó el descrédito y la desconfianza. Si piensan que así construirán un contrapeso sólido están muy equivocados. Este fenómeno sin ir muy lejos está destinado de nuevo al fracaso.

No han entendido que, si realmente quieren ser una oposición fuerte, tienen que ofrecer cosas distintas. Construir una agenda a la par con su militancia; más de siete décadas conservaron una poderosa estructura que hoy en día se diluyó; se cansó de las viejas prácticas y ni así les quedó claro el mensaje. AMLO capitalizó el malestar y el hartazgo que fue imposible de sostenerse cuando no existen alternativas o alguna muestra de congruencia. Eso se manifestó en las urnas y persisten en la misma trayectoria acrítica.

La militancia quedó desilusionada al darse cuenta del papel gris que desempeñaron. La situación se vuelve compleja para la oposición en 2021 y no han podido comprender que van por la misma dirección. Además, su estrategia de enfocarse en atacar al presidente paradójicamente demuestra más apoyo al mandatario; aunque insistan, eso lo empodera y fortalece. Atrás de esa narrativa punitiva justamente gira un eje de resistencia de 30 millones de mexicanos que, más allá de las siglas de un partido, son simpatizantes de Obrador que con esa propaganda y acciones serán imposibles de convencer.

Eso ya no le funciona a la oposición. Por encima de todo eso hay rubros prioritarios en los que se pueden enfocar. Porque no ofrecer un programa integral de educación, salud, desarrollo, tecnología y ciencia. Allí puede estar la clave en lugar de concentrarse en un ofrecimiento simplista; apostaron nuevamente por lo mismo y están condenados a la derrota. Atraviesan por un mal momento; optaron por urdir equipo con tres estructuras y el saldo de alearse fue una apuesta más que desesperada de supervivencia política.

Quizá, una vez que se selló el pacto de tres partidos se hubieran dedicado a edificar un auténtico proyecto integral y no golpista, tradicional y del montón, otro gallo hubiera cantado. Veo un contrapeso débil y desinflado que tuvo en sus manos el haber construido una agenda innovadora pero se enfocó en los usos y costumbres que fue uno de los factores que los orilló a la abrumadora derrota del 2021.

No hay nada que puedan hacer. El instrumento político y propagandístico que ofertan es más de lo mismo. No se trata de cantidad, sino de calidad; el PRI y PAN asumen rol semejante: el continuismo.