Columnas
Hace dos años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que al menos 6 de cada 10 mujeres en México han enfrentado situaciones de violencia y, al menos, 41.3 por ciento de las mexicanas ha sido víctima de violencia sexual. Además, la ONU detalló que nueve mujeres fueron asesinadas a diario en nuestro país, basándose en datos estadísticos de distintos organismos.
El 18 de febrero del año pasado fue suspendida por el presidente Andrés Manuel López Obrador la Convocatoria Pública para la Asignación de Subsidios para la prestación de servicios de refugios para mujeres, sus hijas e hijos que viven violencia extrema y ordeno “no transferir recursos del presupuesto a ninguna organización social, sindical, civil.”
Durante la conferencia mañanera, el presidente explicó que la Secretaría de Gobernación asumirá la responsabilidad de entregar a las víctimas que sufren de violencia intrafamiliar recursos de forma directa, pero hoy no hay una política que proteja a las mujeres víctimas de violencia, ni tampoco se ha instalado espacios donde las mujeres puedan pernoctar después de una situación de violencia.
Con lo anterior las mujeres con niños tienen que permanecer en el mismo lugar que su violentador, porque no tienen un lugar a donde ir. El gobierno no ha entendido la violencia del que son víctimas las mujeres, y el riesgo que corren al permanecer con su agresor, porqué los especialistas han dicho que la violencia va escalando al principio inicia con violencia verbal pero puede llegar a tener un riesgo mayor incluso de perder la vida.
Han pasado más de un año y esta situación no ha sido atendida por el gobierno de López Obrador, no es un tema de a quién se entrega el dinero, el problema al que las mujeres se enfrentan es que si cierran los albergues, a donde van a poder acudir en caso de ser víctimas de violencia intrafamiliar.
El día de hoy en México hay muy pocos lugares que permiten a una mujer que fue violentada acudir a ellos, vivir por varios meses, contar un techo y alimento para ella e incluso sus hijos, en tanto recibe atención médica, psicológica y se recupera del trauma que ha enfrentado hasta que esta lista para regresar a la vida cotidiana. Antes de la existencia de estos albergues una mujer violentada no tenía a donde ir, en muchos de los casos sus propias familias las obligaban a permanecer con su agresor, por el qué dirán o porque no tenía dinero para mantenerse a sí misma o a sus hijos se tenía que resignar a seguir siendo golpeada, maltratada, denigrada.
El hecho que los albergues del gobierno cierren durante esta administración coloca a las mujeres nuevamente en riesgos de tal magnitud, que, si se encuentran en un círculo de violencia, pueden perder hasta la vida, de ahí la urgencia de que se defina como va a apoyar el Gobierno Federal, o la Secretaría de Gobernación a los miles de mujeres que a diario son violentadas en nuestro país.
Este gobierno le ha quedado a deber mucho a las mujeres vemos otro presupuesto que llega al Congreso de la Unión y claramente las mujeres no están en las prioridades del actual gobierno.