En el último tiempo la organización de los procesos electorales y de participación ciudadana, han representado para el Instituto Electoral de la Ciudad de México el mayor desafío y un extraordinario reto a las capacidades institucionales, toda vez que desde el entorno de alto riesgo sanitario provocado por el Covid-19 y posterior al primer caso en nuestro país en marzo de 2020, las autoridades sanitarias tuvieron que decretar la suspensión de actividades y el inicio de una contingencia sanitaria cuya temporalidad ha sido incierta, hasta ahora.
Desde entonces, en el IECM hemos tomado decisiones de manera colegiada y responsable en todos los ámbitos de nuestro actuar. Hoy tenemos claros los objetivos, con la visión, el talento y el coraje, para convertir en hechos las metas que nos hemos propuesto en la presente coyuntura sanitaria, social, política y económica. Uno de nuestros objetivos es ampliar la vida democrática de la ciudadanía y avanzar hacia un nuevo equilibrio político mediante el sufragio y participación de la sociedad.
Sin duda, las innovaciones y aportaciones del Instituto Electoral conjuntamente con los OPLES a la vida democrática del país, valen la pena tomar en cuenta. Por ejemplo, la implementación del voto electrónico, la creación de materiales y documentos electorales para atender necesidades de grupos vulnerables, la operación exitosa de la elección de la diputación migrante, la instrumentación de conteos rápidos para todos los cargos que se eligen y la realización de cómputos el mismo día de la jornada electoral, como algunas de las aportaciones que el IECM ha brindado al proceso democrático.
México cuenta con distintas realidades, es un mosaico de escenarios electorales que pueden no ser atendidos por una sola autoridad nacional. Los OPLES hemos implementado mejoras e innovaciones como el voto electrónico, que se ha instrumentado desde los estados y que propicia ahorros económicos, tanto a nivel local como nacional. Pero también, hemos reforzado e instrumentado programas que buscan desarticular cualquier iniciativa que pretenda desacreditar resultados electorales, haciendo siempre más con menos presupuesto.
Es a partir de prácticas negativas registradas históricamente en las contiendas, el que se hayan elevado los costos de los comicios, locales y nacionales, en virtud de que las instituciones electorales han tenido que implementar múltiples mecanismos y candados, para blindar los votos de la ciudadanía y garantizar resultados auténticos y confiables. Los desafíos no sólo involucran a las autoridades electorales, tienen que ver otros actores como gobierno, partidos políticos y ciudadanía.
En diferentes entidades del país, incluyendo la Ciudad de México, se han realizado programas piloto de votación y de participación ciudadana, por ejemplo, a través del uso de diversas tecnologías, con el objetivo de brindar mayor certeza a la ciudadanía y contener las prácticas irregulares, haciendo respetar la voluntad ciudadana.