Columnas
Hay que reconocer la terquedad de Donald Trump, por más revés jurídicos, económicos o sociales (cada día más frecuentes) no parece rectificar en su incierto andar, sólo es cuestión de ver cómo se estrecha su accionar.
Es cuestión de revisar sus pasos, el Tribunal de Comercio Internacional le ordenó la suspensión de gran parte de los aranceles globales que ha venido imponiendo desde que regresó a la presidencia de los Estados Unidos.
Esta determinación según explicaron, por parte de los jueces participantes,está basada en algo muy sencillo, se extralimitó en sus funciones al ignorar al Congreso.
Este fallo afecta directamente los impuestos aplicados por el mandatario en contra de: China, México y Canadá, que Trump determinó con el pretexto de combatir la entrada de migrantes sin documentos y de fentanilo a los Estados Unidos.
Con este revés, se paralizan los aranceles del 30 por ciento impuestos al gigante asiático, que llegaron al 145 por ciento en algunos casos, además del10 por ciento ordenado para toda la Unión Europea.
A tan sólo 4 meses de iniciada esta nueva administración, el sistema de aranceles del llamado “Día de la Liberación y otros aranceles de la Ley de Poderes Económicos de emergencia internacionales de 1977 (IEEPA), se tambalean al ser señalados de ilegales y está prohibido por una orden judicial permanente.
El presidente Trump, determinó que sus órdenes ejecutivas a los: automóviles, el acero y el aluminio, están basados en la Ley de Expansión Comercial.
El Tribunal falló a favor de una medida cautelar permanente que podría llevar al congelamiento de los aranceles globales, antes incluso de que Washington llegue a un acuerdo con las naciones afectadas.
El Tribunal Comercial ha dado un plazo de 10 días naturales para que las órdenes administrativas sean efectivas permanentemente, con lo que, la mayor parte de los aranceles quedarían paralizados y sí el fallo se mantiene en apelación, puede llegar al Tribunal Supremo, el cual tiene jueces mayormente conservadores.
Con esta sentencia se bloquean permanente los aranceles, claro a menos que el tribunal de apelaciones permita a Trump restablecerlos durante el litigio.
Y bueno, una parte, por cierto, creciente, de ciudadanos estadounidenses queviven un desencanto en torno a lo votado en noviembre pasado, sólo es cuestión de revisar la encuetas recientes de aprobación en las que está su popularidad ya por debajo del 45 por ciento y continua a la baja.
Gobernar no es imponer, a pesar de lo que piense Donald Trump, es sin duda la toma de decisiones no sólo producto de circunstancias particulares, sino a través de la acción de instituciones siempre en favor de los intereses de los ciudadanos y no sólo de grupos de interés.
@ncar7