La historia en rojo. En los lejanos 70s, la afición y medios sabían que existía más de una serie en Liga Mexicana de Béisbol (LMB) lo que se reflejaba en entradas importantes en CDMX, como en aquellas batallas memorables del México contra Córdoba o Puebla, donde el Parque del Seguro Social vibraba de manera especial. En 2023, hemos tenido algo similar e inclusive superior a aquellos buenos viejos tiempos, tanto en número (promedio histórico de más de 10 mil personas por juego) como en experiencia en tribuna y lo mejor, que la afición capitalina identifique que pueden disfrutar cualquier juego de pelota en el Diamante de Fuego.
Los resultados. A 10 juegos de concluir la temporada, sólo cierre tipo “Titanic” impedirá que Diablos Rojos termine en primer lugar de la zona Sur y de LMB, para así abrir postemporada en casa, un hándicap a favor porque este año han sido “pésimos” anfitriones con sólo 7 derrotas en 38 juegos, mientras que en la carretera tienen 19 triunfos y el mismo número de derrotas; los capitalinos buscan convertir al “Alfredo Harp Helú” en una fortaleza inexpugnable, porque si bien han tenido buenos resultados contra los que por ahora son los 5 calificados de su grupo, en postemporada las cosas inician de cero, sobre todo en plazas donde el pitcheo es mandón, así que, tal como antaño, gran parte de la fórmula estará basada en el éxito como local, como otrora ocurría en el Parque del Seguro Social y el Foro Sol, donde escribieron varias páginas doradas que dan lustre a sus 16 títulos.
La ofensiva. Para nadie es secreto que la ofensiva es el punto fuerte del México, no sólo esta temporada, sino de varios años, por ello no sorprende que sean los líderes colectivos en este rubro con promedio superior a .300 de manera colectiva, sin embargo en este mes algo que no ha sido tan constante son los hits en momentos de producción; varias han sido las ocasiones que con corredores en posición de anotar no llegan los batazos que den el giro definitivo a la pizarra y eso, aunque haya alguna atenuante por las lesiones, es un lujo en el que se debe trabajar para evitarlo y que se aprovechen a cabalidad esos momentos en que el rival está al borde del knockout, máxime en series cortas, donde el factor mental suele también ser determinante y súmele que, salvo Puebla, deberán aprovechar cada resquicio que les den los lanzadores rivales para fabricar el mayor número de carreras. El retorno de Japhet Amador, Roberto Ramos, “Haper” Gamboa, Río Ruíz y, por ahí, Stefen Romero, son esperados para respaldar a “Mollete” Gutiérrez, Ramón Flores y Julián Ornelas en este importante rubro y vaya que “Flamingo” Bojórquez debe estar ansioso por poder anotarlos en el line up, para que en estos juegos que faltan retomen su ritmo e ingresen lo más aceitado posible a los juegos de vencer o irse para casa.
El pitcheo. Mucho se comentó la salida de Yunesky Maya, quien dejó gratos recuerdos pero conforme a los números su labor ha venido a la baja, sin embargo la duda del movimiento está más bien en Jeffry Niño, a quien le urge encontrar esa forma que un refuerzo debe mostrar. Quizá su rol en postemporada puede ser de abridor y por ahí intercambiar con Ricardo Pinto o Daniel Ponce de León; lo cierto es que la confianza del cuerpo técnico la tiene, pero está en su brazo responder a la misma. Al momento, Steven Moyers, Ronnie Williams, Ponce de León y, pensamos, esa decisión entre Pinto/Niño, integran el staff de inicialistas, mientras que la llegada del velocista Tayron Guerrero da mayor margen de operación con Aaron Brown ahora en rol de preparador. Luce en general un mejor cuerpo de serpentineros que en años anteriores, lo que se refleja en ese sexto lugar de carreras limpias admitidas por equipos (4.31) pero, en agosto es cuando deben mostrar que sus brazos pueden romper ese cerco que se ha negado a caer en las últimas temporadas.
En el bullpen. La semana anterior fue de altos contrastes para Diablos Rojos, porque con ausencias en el orden al bat y presencia de novatos, ganaron serie en Villahermosa, ante el mejor pitcheo de la liga, pero luego cayeron en Cancún, donde si bien pelearon, se quedaron cortos y regresaron con las manos vacías, pero ver el desempeño de Ichiro Cano o Brandon Jaime, fue parte de las buenas noticias. Cano lució a la defensiva y con el bat conectó sus hits, además de mostrar que domina el arte perdido del toque de bola; Jaime, lució su brazo en tiros a primera, cerrando corredores y también tuvo sus imparables. Actuaciones que son parte del periodo de siembra, ése que a principios de temporada comentamos que urgía en el México para prever años venideros y que así, sin casi notarse, se ha llevado a cabo en este 2023.
Dale la vuelta. Para el cierre del calendario, luego de esta serie contra Mariachis, el México irá a Oaxaca y Campeche, para regresar a cerrar rol vs Saltillo, donde esperan que el liderato citado líneas arriba esté definido, a fin que ese duelo contra “El Dragón del Norte” permita afinar los últimos detalles, para listos el 8 de agosto cuando recibirán, todo indica, a Tigres de Quintana Roo e iniciar así esa parte del camino en la cual los rojos han venido trabajando desde septiembre de 2022.
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